«Si quería seguir mejorando tenía que dar el salto a Barcelona»
La vitoriana Sonia García ve premiada su constancia con el ascenso a División de Honor de waterpolo con la Unión Deportiva Horta
Pablo Sanz
Jueves, 26 de junio 2025, 00:10
Ha logrado el ascenso a División de Honor a lo grande. Eso es lo que Sonia García consiguió a primeros de junio con la Unión ... Deportiva Horta tras ganar en la final al Boadilla (14-7). Un ascenso a la máxima división nacional del waterpolo femenino que la deportista alavesa no olvidará. «Conseguirlo después de tantos esfuerzos y jugando el partido de vuelta en casa con toda la afición apoyándonos fue muy bonito», relata la jugadora de 23 años.
Para alcanzar este éxito, Sonia tuvo que irse a Barcelona a los 16 años tras comenzar a los 12 en el Club Lautada de la capital alavesa. «En Vitoria el waterpolo es un deporte minoritario. En mi caso, no había cadete ni juvenil mixto. Si quería seguir mejorando más allá de la competición autonómica no me quedaba otra que dar el salto a Barcelona», indica. García se marchó a la ciudad condal para poder progresar, pudiendo compaginar sus estudios de bachiller con el deporte. Su primer club fue el Sant Feliú. Fue una puerta de entrada para entrenar en el centro de alto rendimiento Blume donde pudo evolucionar a pasos agigantados. «Fue el equipo que me integró aquí y con el que di un gran salto en mi juego», destaca.
«La mitad del equipo llevamos tres o cuatro años juntas y nos conocemos bastante. Hemos luchado mucho por el mismo objetivo y al final mirarnos a la cara y ver que lo habíamos conseguido fue una sensación increíble»
Sonia García
Jugadora vitoriana de waterpolo
Su buen rendimiento le permitió, ya en edad sénior, llegar al Horta y tener la posibilidad de jugar en Primera Nacional, equivalente a Segunda División. Una escuadra con la que, tras caer dos veces en semifinales y una en la final del play off por el ascenso, el pasado 7 de junio pudo conseguir subir de categoría. «La mitad del equipo llevamos tres o cuatro años juntas y nos conocemos bastante. Hemos luchado mucho por el mismo objetivo y al final mirarnos a la cara y ver que lo habíamos conseguido fue una sensación increíble», revela.
El trayecto hasta llegar a lo más alto no le ha resultado sencillo, debido al alto nivel de waterpolo que hay en Cataluña. «Aquí todos los niños y niñas que empiezan a jugar al waterpolo les obligan a compaginarlo con la natación. Por tanto, se puede imaginar uno cómo vienen físicamente de las categorías inferiores», argumenta García, que apunta que «ocho de los doce equipos de División de Honor son de esta comunidad autónoma».
Sin descanso
Además, García también ha tenido otra dificultad extra: compaginar los entrenamientos y partidos con sus estudios en Ingeniería Aeroespacial. «Después de acabar la carrera estoy realizando un máster de dos años. Este próximo año cursaré segundo y lo tengo que compatibilizar a su vez con las prácticas. Es muy sacrificado», explica.
Una tarea nada fácil en la que la amplia concentración de equipos en tierras catalanas en parte le beneficia. «Esta campaña lo hemos pasado peor porque algunos viajes eran muy complicados. Ir hasta Pontevedra o viajar y volver de Tenerife el mismo día teniendo examen al día siguiente era mortal», comenta respecto al calendario.
De cara a la próxima campaña, Sonia tiene claro su principal objetivo. «El reto es mantener la categoría. A partir de ahí todo lo que venga, como una clasificación para la Copa de la Reina, será un regalo», apunta. Un deporte con los que ha adquirido valores como la disciplina, el compromiso o el trabajo en equipo y del que augura un buen futuro. «Está en auge y más aún después de que la selección española femenina se proclamase en 2024 campeona olímpica. Me gustaría que en Vitoria y Álava también lo estuviera», concluye.
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