A las puertas de otra gesta gloriosa

«Estamos tranquilas. Está en nuestra mano pero va a ser hasta el final como la otra vez. Ya sabes, en este club siempre es hasta el final», recalca Alba Aznar (Reus, 1993). La capitana es la única futbolista de la actual plantilla que ha vivido todo el camino, subiendo y disfrutando dos cursos de la élite, bajando al 'infierno' y buscando ahora regresar al Olimpo de la Liga F. Sin embargo, aquel ascenso a las órdenes de Mikel Crespo también lo celebraron Itziar Gastearena 'Gaste' (Villabona, 1993) y Marta San Adrián 'Sanadri' (San Sebastián, 2000).

La defensa hizo escala en Granada antes de volver a Ibaia el pasado verano. Y en enero regresó desde el Athletic la atacante para darles alas con sus goles. «Volví sabiendo cómo estaba el equipo y las oportunidades que había de pelear por el ascenso. Era lo que quería», confiesa la delantera. Las tres saben cuál es la ruta para subir a Primera de albiazul: «Con las miradas nos entendemos y lo transmitimos de esa forma. Cada una sabemos lo que tiene que hacer. El objetivo es grupal».

Son el pegamento con los éxitos del pasado en un vestuario que ahora lidera Andrea Esteban. «Todas somos importantes. La clave es que seamos una, nos acompañemos y ayudemos», afirma Gaste. «Hace cuatro años teníamos un muy buen grupo como ahora. El rendimiento deportivo es importante, pero un gran vestuario te acerca más al objetivo», explica Aznar, que sí ve algunas diferencias: «La otra vez éramos más jóvenes. Llevábamos 3-4 años juntas, jugábamos de memoria y nos lo fuimos ganando. Ahora, el grupo ya estaba mentalizado desde el inicio y tenía esa ambición».

«Hay gente veterana pero también bastante juventud. El ambiente y el buen rollo es parecido. Aquí hay mucho 'bicho' suelto», bromea Sanadri. Y esa unión les ha permitido levantarse tras encadenar en enero cuatro jornadas sin ganar y tres derrotas seguidas, viendo como el Alhama y el liderato se escapaban en cuatro puntos. Sin embargo, sus seis victorias y un empate en los siguientes siete actos les devolvieron a la cima «Demostramos que podemos dar la vuelta a cualquier situación», avisa Gaste. «No fue un superbajón. No íbamos a ganar siempre y sabíamos que en esos baches teníamos que ser fuertes», detalla Aznar. Ahora, a las puertas del ascenso, su pulso con el Alhama es calcado al que tuvieron en 2021 con Osasuna, aunque entonces tenían mayor margen que ahora.

«Hace cuatro años, en la penúltima jornada, ganando al Oviedo en Ibaia subíamos. Y perdimos 0-2. Nos lo llevamos todo al último día, con los nervios y la presión, pero lo logramos», recuerda Aznar. «Lo dejamos todo para el final y tuvimos la suerte de vencer y ascender en Madrid. Pero este fin de semana tenemos que ganar sí o sí. No hay que tener nervios ni miedo», apunta Sanadri.

En el vestuario, hablar de celebraciones está vetado. «Enseguida le hacemos callar», sentencia Gaste. Sin embargo, la cercanía de otro ascenso hace inevitable rememorar el anterior en Alcalá de Henares. «Recuerdo muchísimo calor, de ese que sale del caucho, y también que tuvimos un penalti a favor. Todas nos mirábamos y decíamos '¿quién lo va a tirar? '. Ésta (por Sanadri) miraba abajo y al final cogió el balón 'Miri', una de las veteranas, y lo enchufó», detalla Aznar.

«Espero subir con las dos piernas, porque la última vez iba coja», dice una delantera que tiene «la misma sensación» que entonces. Si lo logran podrán celebrarlo sin restricciones por la covid. «Nos dejó un sabor agridulce», señala Sanadri. «Tengo esa 'espinita' clavada. Fue todo fantástico, pero no pudimos disfrutarlo al 100%», afirma una capitana convencida de sus posibilidades: «Sabemos que si ganamos en Lleida lo tenemos en nuestra mano. Si no, dependeremos del Alhama. Subir es muy difícil y lograr dos ascensos en ocho años tendría mucho mérito. Sería importante para el club y el fútbol femenino en Álava». Buscan otra gesta gloriosa.