Tania Calvo, a Apeldoorn camino de Tokio

Las medallas están caras en este deporte. Lo sabe Tania Calvo que tras los éxitos logrados en 2014, con la plata en velocidad individual y los dos podios en 2016, plata en velocidad por equipos y bronce en individual, no ha vuelto a pisar el cajón. «El nivel ha subido mucho en los últimos años», reconoce la alavesa que con 18 años se marchó a Palma de Mallorca a hacer del ciclismo en pista su trabajo y su profesión. «Soy profesional y me gano la vida con el ciclismo».

Con 27 años, afronta un año clave de cara a su objetivo principal que es estar en Tokio, sus segundos juegos olímpicos tras la experiencia de Río de Janeiro en 2016 y donde logró el diploma olímpico al ser séptima en velocidad olímpica junto con Helena Casas. Sin embargo, esta dupla se ha estancado. Lo dicen sus tiempos y últimas actuaciones. Desde el oro absoluto en la Copa del mundo de 2017 tras vencer en las pruebas de Glasgow y Apeldoorn y el bronce en Cali, no acaban de encontrarse la una con la otra.

Los últimos resultados han llegado a Calvo a centrarse en la velocidad individual. «En la individual tengo más opciones de estar en los juegos olímpicos. Es una decisión que tomé con mi entrenador Javier Sola y estoy contenta porque estoy compitiendo bien. Lograr un top 8 en este Europeo sería un buen resultado», explica a EL CORREO. El velódromo quita más que da. Es un deporte ingrato y exigente donde el error se penaliza sin vuelta atrás. Calvo conoce sus fortalezas, sin olvidar también sus debilidades. «Con la disciplina que más a gusto estoy es con la velocidad individual, aunque los cruces sean complicados. Cuando no haces un buen 200, luego tienes que pensar rápido para saber cómo superar a tu rival. El tiempo del 200 marca mucho. De hecho, yo no tengo un 200 bueno, pero lo arreglo luego en los cruces. Disfruto más corriendo contra alguien que en una prueba contra el crono», reconoce la ciclista afincada en Palma de Mallorca.

La cita europea en Apeldoorn que comienza hoy será un test importante. Sobre todo, para calibrar sus fuerzas y la de sus rivales directas. «El pulso será con la corredora británica Katie Marshall para saber en qué foma está y luego cómo se dan las Copas del mundo. Será mi rival directa pensando en Tokio», apunta la vitoriana. Los tres oros y dos platas en el campeonato de España, no le sirven de referencia. «Es un trámite para los objetivos importantes. Una semana antes estuve con catarros y mis tiempos no fueron del todo buenos. Pero sumar medallas están bien. Estoy contenta».

El plan es competir en las cuatro pruebas de velocidad en este Europeo de Apeldoorn, velocidad por equipos, individual, 500 metros y keirin. Al buen trabajo físico se une un elemento nuevo que Calvo ha trabajado de manera especial, el mental. «El año pasado empecé a trabajar con una psicóloga deportiva y me ha ayudado de cara al rendimiento en los enfrentamientos. Es un deporte muy táctico y tienes que pensar muy bien cómo vas a competir, pensarlo y ser capaz de llevarlo a cabo», apunta satisfecha la alavesa.