El otro día leí un tuit que me pareció acertadísimo. Decía así: «Una forma bastante útil de discernir gilipollas en redes es ver quién ha ... hecho spoiler del último episodio de 'The Mandalorian' y quién no. Si lo ha hecho, no hay duda, es gilipollas. Y me refiero a todos los que han sentido la necesidad de explicar algo de alguna escena», firmado @babsimon. Lo de publicar en redes sociales el final de lo último que acabas de ver es signo inequívoco de que falta educación. Obviamente, todo el mundo no es así, de hecho, quiero creer que hay una mayoría con sentido común. El problema es que esa minoría estúpida que cree que está en su derecho de escribir o, peor, de colgar fotos cutres de su pantalla con el momento decisivo de un capítulo, hace mucho ruido.
Creo que podríamos llegar a un acuerdo muy básico: se comparten sensaciones, no sucesos. Es muy sencillo, veamos unos ejemplos: «Brutal el último episodio de 'Verano Azul'», donde «brutal» desvela que ha dejado impactado al espectador, con una amalgama de sensaciones que transmiten su fascinación y aceptación por la serie. «Qué fuerte la muerte de Chanquete», sin embargo, es una cagada monumental falta de toda empatía. «Sigo llorando. Qué bonita es siempre 'This is Us'», sí, desvela que ha llorado, pero deja suficientes incógnitas como para no estropear el capítulo. Por otro lado, un «sigo llorando por la muerte de...», sería una falta total de tacto e inteligencia.
No sé cómo hemos llegado a esto, pero existe la idea de que 'si yo lo he visto, lo ha visto todo el mundo'. Y mira, no. No todo el mundo puede permitirse ver un capítulo de 'The Mandalorian' a las once de la mañana. Así que colgar una foto de cierto personaje con la frase «La aparición de Fulanito ha sido una pasada, gracias Jon Favreau» denota que eres un gilipollas.
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