La patria común de los seres humanos
'Elogio del horizonte'. Durante años buscó el emplazamiento idel para esta obra, recorrió el arco atlántico y lo encontró en Gijón
M. Ezquiaga
Domingo, 7 de enero 2024, 00:05
Eduardo Chillida buscaba un lugar especial donde emplazar un elogio del horizonte, «la patria que hermana a todos los seres humanos», y Gijón quería levantar ... un icono en su Cerro de Santa Catalina, el enclave comprado al Ejército y asomado al mar en el corazón de la ciudad. Parece una feliz historia de amor, pero hubo muchos giros de guion. Hoy es una de las piezas monumentales más respetadas de Chillida, otra de sus obras donde el arte y la naturaleza se mezclan con armonía.
Desde mediados de los 80 el escultor tenía su 'elogio del horizonte' en la cabeza. Recorrió todo el arco atlántico en busca del sitio ideal, y hasta creyó encontrarlo en Bretaña. Pero Gijón se cruzó felizmente en su camino. El Ayuntamiento compró en 1982 esos 60.000 metros cuadrados de terreno al Ministerio de Defensa y quería una escultura simbólica. En 1987 Chillida viaja a Oviedo a recoger el Príncipe de Asturias de las Artes y al regreso se detiene en Gijón. Fue hasta el cerro y se quedó impresionado. «Es un espacio extraordinario: resulta un milagro que se conserve algo tan natural en un lugar así». Y así nació una de sus obras de mayores dimensiones: 500 toneladas en hormigón, con 10 metros de altura, 15,5 metros de largo, 12,5 metros de ancho y 1,40 de grosor. Se inauguró en 1989. «Ahora el mar, el viento y el paso del tiempo completarán la obra», dijo el artista. Más de tres décadas después, es símbolo de Gijón.
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