La alargada sombra del retratista de un país corrupto y cainita
No es que ninguna comedia actual en el cine español escape de la sombra de Berlanga, es que el propio país parece salido de un ... capítulo eterno de su saga del marqués de Leguineche. ¿Qué hubiera hecho el director con nuestros políticos actuales? La ternura y el humor negro no le impidieron retratar una España cainita y corrupta de pícaros e ilusos, de envidiosos e hipócritas sin ninguna ética ni querencia intelectual. «España es un país maldito porque la gente no tiene ningún sentido cívico de pertenecer a una colectividad para intentar lo mejor para todos», afirmó en una ocasión. «Y no es por deformación del franquismo y de tantos años de dictadura: eso lo llevamos en las entrañas los españoles».
Álex de la Iglesia resumió bien la idiosincrasia del autor de 'La vaquilla' en un texto que leyó en su capilla ardiente: «Berlanga supo amar y odiar, reír y rodar con la fuerza asombrosa de un hombre libre pese a la dictadura, la intransigencia y la supuesta inteligencia de algunos», alabó. «Berlanga y Buñuel son el alma del país, de un país sangriento y cruel, ingrato, que nunca aprenderá a amar a sus hijos lo suficiente y a devolverles con reconocimiento el valor incalculable de su aportación artística».
Prostitución de la gente
Sin Berlanga no existiría, claro está, 'El día de la Bestia'. Ni 'La que se avecina'. Ni la saga 'Torrente'. Ni el cine de Javier Fesser. Ni el José Luis Cuerda más surrealista, el de 'Amanece que no es poco', del que ha bebido a su vez toda la escudería 'Chanante'. Ni el mundo almodovariano, que también se sirvió como Berlanga de Chus Lampreave para crear personajes a partir de personas reales. Hasta Fernando Trueba reconoce su deuda con el valenciano, en cuya obra encontraba paralelismos con la de Billy Wilder: «Sus comedias hablan de la prostitución de la gente, que es el tema central de las películas de Wilder. Solo se salvan las putas».
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