El grupo 'Enredadas' esconde a Martirio y Carmen París en el 38º Getxo Folk
La andaluza y la aragonesa, más las gallegas Uxia y Ugia Pedreira, modernizaron la jota, la copla y los alalás en un encuentro con poco público dedicado a Kepa Junkera y donde cantaron el 'Txoria txori'
El viernes, la tercera de las cinco jornadas de abono del 38º Festival de Folk de Getxo, que este año no es internacional sino sólo nacional, únicamente acudieron 260 espectadores al auditorio Muxikebarri para ver al supergrupo 'Enredadas'. Un tercio de entrada. ¿Por qué tan poca gente? Pues porque la masa transversal ignora que tal nombre artístico esconde que detrás están Martirio, Carmen París, Uxía y Ugia Pedreira, a las que enumeramos en orden decreciente de popularidad. Si fuese un escalafón de gracia humorística, el orden sería este: la neojotera aragonesa Carmen París la primera, luego la coplera andaluza Martirio, y después las dos gallegas, Pedreira dotada de un humor físico visual, y muy formal Uxia.
Uxia es la que ideó este cuarteto de mujeres que «parte de la complicidad y admiración que nos tenemos». Las cuatro este viernes actuaron en solitario, a dúo y las cuatro juntas al final. Y siempre sus cuatro vestidos elegantes y cromáticos contrastaron con la gris indumentaria de los dos hombres, los guitarristas Marcos Teira y el brasileiro Mauricio Caruso (sustituto del anunciado Sérgio Tannus), quien salió con falda. Además, había un piano de cola que la descacharrante Carmen París utilizó al principio de un encuentro de 17 canciones en 103 minutos levemente decrecientes, con el gallego imponiéndose en la segunda mitad, con la andaluza y la aragonesa cantando en el idioma del noroeste, aunque en general todo estuvo muy bien (lo menos inspirado fue la versión de Fito Páez 'Yo vengo a ofrecer mi corazón', a pachas entre la París y Martirio).
Nos hablaron agradecidas las cuatro, recitó un bonito poema marino algo surrealista Pedreira («un pedazo de mujer», la calificó Martirio) y nos hicieron reír con palabras la París y Martirio (la aragonesa atesora un gracejo que le rebosa tanto que a veces hace reír involuntariamente, es como si fuera nieta de Paco Martínez Soria) y con gestos una Pedreira que salió vestida de modo oriental y sobrio. Aparte nadie dijo España (Uxia y París dijeron cada cual en una ocasión el sinónimo de 'ibérico', incorrecto cuando Portugal no pinta nada o si intervienen los archipiélagos; por cierto, en Canarias nos llaman godos a los ibéricos) y Ugia, rivalizando en abanicos con la bien pertrechada Martirio, sacó uno con los colores de la segunda república (ejem, yo pensé que eran de la bandera LGTBI, con la mitad de franjas por cada cara del abanico).
La velada comenzó pausada, fascinante y hasta sorpresiva, con Carmen París entrando en escena cantando unos bertsos que aprendió para el disco 'Etxea' de Kepa Junkera, a quien dedicaron el concierto. Y la primera pieza fue una de las mejores de la velada, la jota jazz 'En mi pecho', con ella al piano. Presentó a Uxía, «la artífice de este proyecto», y a dúo cantaron 'Savia nueva', «la canción que me dio a conocer y que musicalmente hermana el valle del Ebro con el Río de la Plata», y donde cabe la frase de «quisiera volverme hiedra y enredarme en su cintura, aliviar esa tortura».
Presentaron a los grises guitarristas, los relegaron a una esquina del escenario, y su labor fue muy gregaria hasta que se destaparon un poco más por el final. 'Todo es pena' fue una jota con ritmo de los Andes, y después se materializó Martirio, «una mujer de rompe y rasga que ya conocéis y que nos animó a muchas a meterle mano a nuestro folklore», la presentó París (Martirio actuó el verano de 2021 sobre el mismo escenario y con un vestido muy parecido en el Festival de Jazz de Getxo, aunque ella pensaba que fue hace dos años). Y tras la de Fito Paéz, el punto bajo de la cita, que no el borrón, a solas Martirio muy melismática y susurrante versionó 'María La Portuguesa' de Carlos Cano, que fue una de las más ovacionadas. Y quizá la cima de la cita fue 'La bien pagá' en modo blues y a dúo entre Martirio y la recién aparecida Ugia Pedreira.
De ahí hasta el final, con bastante aire de fado pop, se impuso el gallego, ora Ugia a solas, a dúo con la formal Uxia («las dos hemos compartido vinos, aventuras, amantes...», desveló Pedreira), o las cuatro 'Enredadas' durante en el epílogo. ¡Si hasta Uxia & Ugia cantaron 'Danza da lúa en Santiago' de Lorca, la de «quintana dos mortos», y Martirio y Uxia 'Negra sombra' Rosalía de Castro! Además, el momento más folk del concierto fue cuando las dos gallegas cantaron una muñeira con panderetas (al acabarla se congratuló Uxia: «ayer estuvieron aquí Tanxugeiras, hay un renacer de nuestra música que nos hace muy felices por ellas y por nosotras»).
Martirio a solas coló unas cantiñas humorísticas en andaluz en el tema 12, y ya hasta el final las cuatro cantaron juntas, con los dos guitarristas brillando más en su acompañamiento. Y se sucedieron las seguidiyas de Eliseo Parra 'Van por el aire', la habanera del grupo Marful (liderado por Ugia Pedreira) 'Habaneira da fin' (con coda zíngara), y ya en el bis un 'Txoria txori' ceremonial y bien resuelto, un alalá cuyo título ignoramos (el de pintar la casa verde), y el adiós con la popularísima 'A rianxeira', que puso a ondearse y a corear al público del Muxikebarri.
Una cita levemente decreciente, pero bastante memorable.
