La popular ópera romántica de Puccini, la tragedia del hambre, el frío y el amor, la inspiración narrativa en la sufrida bohemia literaria parisina del ... XIX -Musset, Gautier, etc…-, la brillantez musical que retrata personajes y situaciones, las arias inmortales, apasionadas y tiernas; el dúo del amor, las notas sublimes que se transforman en emociones… Pues sí, 'La Bohème' o su condición popular de 'blockbuster' para la taquilla lírica global es siempre una excelente opción para clausurar una temporada de ABAO exitosa en su conjunto, parcialmente sanadora de sus cuentas y por supuesto compatible con la filosofía de 'cero riesgo' o incluso con las preferencias conservadoras del aficionado bilbaíno.
La producción que se estrena el sábado es, además, clásica en su trasposición y escenografía, sin sorpresas ni añadidos de discutible vanguardia, concebida en la dirección escénica de cantantes desde la prioridad de la proyección vocal -de esto sabe mucho Leo Nucci- y con un 'cast' de solvencia lírica -Celso Albelo no es Pavarotti ni Miren Urbieta Mirella Freni, pero ambos acumulan experiencia y prestigio internacional. Buen final, en definitiva, para una temporada en la que ABAO se ve favorecida por la prórroga presupuestaria, por la estabilidad de los patrocinios y por la ecuación justa entre abonos y venta de entradas. ¿Está con ello garantizado el futuro de la ópera en Bilbao? Pues todavía no, porque sigue pendiente una mayor atención institucional.
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