El escenario donde empiezan todas las funciones
Maestros. Las escuelas de teatro más veteranas de Bizkaia, en Getxo y Barakaldo, hacen cantera y ven crecer «la semilla» del talento
Recibir un premio importante en una carrera de fondo invita a rebobinar toda una vida. Cuando Urko Olazabal recogió el Goya a mejor actor de ... reparto por 'Maixabel', dio las gracias a su madre «y a la escuela que me vio nacer como actor, la BAI de Barakaldo». María Cerezuela, con su estatuilla como actriz revelación por la misma película, fue de las primeras en felicitarle. «La tuve de alumna cuando volví para dar cursos de cámara», recuerda el actor bilbaíno. «Siempre le digo: ¡somos los hijos de la BAI!». La de Barakaldo, que cumple 25 años, es la segunda escuela de teatro más veterana de Bizkaia después de la de Getxo.
Todo lo que celebraremos mañana en el Día Mundial del Teatro empieza en escenarios como estos, que cada año se recargan de energía con una nueva promoción. En Bizkaia esa inquietud surgió en Basauri, donde se abrió la primera escuela en 1978 (cerró en 2001) y en dos institutos a ambos lados de la ría, el Getxo I y el Trueba de Barakaldo. Se daban cursos y los alumnos «querían seguir, querían más», afirma Joseba Lazkano, director de la BAI, que fundó junto a Fernando Montoya. A falta de una enseñanza oficial en Euskadi, se formó una red de escuelas que impartían ciclos de cuatro años. «Por la mañana eran las clases profesionales y por la tarde, las de nivel amateur. Venía muchísima gente», explican Carlos Baiges y Arantxa Iurre, que han estado en el centro getxotarra desde su origen en 1987.
La Escuela de Teatro de Getxo, abierta en 1987, es ahora un espacio de formación y creación con 300 alumnos de teatro, música y danza en distintos niveles
Un folleto de esta escuela le cambió la vida a Maribel Salas. Cayó en sus manos cuando, tras estudiar Informática, tenía un trabajo «cómodo y bien pagado» y desahogaba su vocación en un grupo de teatro aficionado. «Sin decir nada a nadie» se presentó a la prueba de acceso, «nerviosísima», y la cogieron. «Yo tenía mi vida organizada y se me planteó un dilema. Pero amaba tanto esto que lo dejé todo, fue un cisma brutal en la familia y en el trabajo», cuenta. Ahora sabe que fue «la mejor decisión» de su vida. Solo dudó cuando nació su hijo «y la responsabilidad me pesaba. No me salía trabajo fluido y con mucho dolor pensé: hasta aquí». Pero justo entonces sonó el teléfono y le propusieron participar en 'Vaya semanita'.
Las escuelas aspiran a formar «creadores», no necesariamente intérpretes. «Cada uno tiene que buscar su semilla. De aquí han salido actores, pero también coreógrafos, iluminadores, directores, gestores culturales, profesores de teatro...», enumera el director de la BAI. Su objetivo es «que acaben con la misma pasión con la que empiezan, que ya es mucho, y que tengan herramientas para ser autónomos, un discurso y algo que contar». Los estudios duran cuatro años en grupos reducidos -«empiezan unos quince y acaban ocho o diez»- y los alumnos van rompiendo barreras. «Se enfrentan a la vergüenza, el miedo, el ridículo... terminan, no sé si queriéndose, pero conociéndose a fondo».
Desde 1997 imparte Arte Dramático (cuatro años de formación) con 40 alumnos en la actualidad, además de talleres de distintos niveles
Adaptarse a Dantzerti
También aprenden algo nuevo de sí mismos, porque a veces encuentran algo diferente a lo que buscaban. Urko Olazabal tenía 25 años «muy bruscos» cuando se matriculó en la BAI después de terminar Bellas Artes. En la universidad había hecho cortometrajes y estaba lleno de proyectos, siempre con su mochila. «Quería saber cómo era un actor por dentro para dirigirlo y me enganchó la interpretación», recuerda. «Me enseñaron a conocerme a mí mismo desde la vulnerabilidad, ellos abrieron ese balón de oxígeno tan importante para la interpretación: aceptarte como eres y no tener reparo en mostrarte ante el mundo como una persona sensible». Su compañera Marta Eguilior, con la que compartió la «increíble» aventura de actuar en Belgrado y en Ámsterdam, siguió el camino contrario. Iba para actriz pero en cuarto curso descubrió «la ópera y la dirección», sus grandes pasiones, y se fue con una beca a Buenos Aires.
Durante mucho tiempo, estos centros eran la única alternativa para adquirir una base sin salir de Euskadi. En todas las compañías vascas hay antiguos alumnos. Goizalde Núñez, que se ha hecho muy popular en televisión sin renunciar al teatro, se matriculó a la vez en Basauri y en Getxo. Allí tuvo como profesores a César Sarachu y Adolfo Fernández. «A César le considero mi maestro. El primer día de clase ya había creado un aroma, un espacio especial, como algo sagrado. Con Adolfo hice teatro de calle y empecé a hacer trabajos remunerados», cuenta. A los 17 años, se lanzó a interpretar a la Blanche Dubois de 'Un tranvía llamado deseo' para las pruebas de acceso al ciclo que se impartía en Getxo. «Todo el mundo nos decía ¿a dónde vais con ese texto? Pero fuimos muy cabezotas y pasamos la prueba». Luego soltó amarras y continuó su formación en Madrid.
La escuela de Getxo inició una nueva etapa en 2012 con el nombre de Utopian, un espacio de formación y creación. Tienen 300 alumnos de teatro, música y danza en diferentes niveles, desde la base hasta un laboratorio para investigar nuevos lenguajes. «Cuando apareció Dantzerti dejó de tener sentido impartir una formación reglada. Tratamos de tocar el área de dirección escénica que ellos no cubren, empujamos donde el sector demanda», indican.
En cambio, la BAI mantiene sus cuatro años de Arte Dramático. Aseguran que Dantzerti «incluso trae gente, porque hay quien calienta motores para las pruebas de acceso y no le cogen». Esta profesión nunca ha sido fácil, pero la cantera está garantizada. «El panorama es complicado y se sustenta con pasión, si no no tendría ningún sentido», resume Olatz Gorrotxategi, que además de profesora es actriz, directora y dramaturga.
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Obras en cartel y reencuentro con la primera promoción
ANTIGUOS ALUMNOS
Actor
Urko Olazabal
«Me enseñaron a conocerme a mí mismo, abrieron un balón de oxígeno importante para la interpretación»
Actriz
Maribel Salas
«Dejé un trabajo bien pagado en el que me sentía infeliz para entrar en la escuela. Fue la mejor decisión de mi vida»
Directora
Marta Eguilior
«Actuar en Belgrado y en Ámsterdam con mis compañeros fue increíble, era la primera vez que salíamos»
Actriz
Goizalde Núñez
«Los primeros años tienes la valentía y la edad justa para no acomodarte y empezar a volar»
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