Óliver Laxe: «He descubierto que soy un ravero»
El director franco español está dando que hablar en Cannes con su última cinta, 'Sirât'
«¡Viva la crisis! ¡Viva la muerte! ¡Viva el reto!». Óliver Laxe (1982, París) resume con estas palabras uno de sus principales propósitos con 'Sirât': « ... Llevar el espectador ante el abismo» para que «descubra la esencia de sí mismo». El prometedor cineasta gallego presentó el jueves por la noche su cuarto largometraje en el Festival del Cannes. Dos días después de haber desfilado por la alfombra roja, Laxe detalla en entrevista con EL CORREO sus intenciones con su arriesgada película. Como era previsible, ha polarizado a la crítica en la lujosa localidad del sudeste de Francia, entre aquellos que la ven como clara aspirante a la Palma de Oro y otros periodistas que la han destrozado.
«Empecé con este proyecto en 2011», explica el cineasta franco-español en la terraza de un hotel en Cannes. Atiende a los medios algo resfriado y con un rostro cansado debido al estrés y la emoción de haber presentado por primera vez su trabajo en la competición oficial del certamen. Esto no le impide reflexionar sobre el significado de esta road-movie de un padre (interpretado por Sergi López) y su hijo pequeño que buscan a otra hija, que creen que puede encontrarse en una rave en Marruecos. Ese viaje, más espiritual y metafísico que de aventuras, lo emprenden con una troupe de raveros.
A Laxe le gustan los personajes en los márgenes de la sociedad. Así se veía con los peregrinos del desierto en 'Mimosas' o el pirómano de 'Lo que arde'. Esta vez tiene un rol preponderante el grupo de hippies amantes de la música electrónica —con reminiscencias tribales— a todo trapo. «He descubierto que soy un ravero», asegura el director, quien explica que eligieron a los actores no profesionales que los encarnan en pantalla «a través de un casting que preparamos con la ayuda de algunos amigos raveros».
«Siempre me ha gustado la música trance y drum and bass. Por primera vez, he hecho una película utilizando un estilo de música que me guste. No me interesan los filmes de entretenimiento, pero ahora he podido hacer uno entretenido y al mismo tiempo profundo», explica Laxe. 'Sirât' se distingue de sus anteriores obras debido a su ritmo frenético. Hasta el punto de que el realizador la compara con un prólogo de 'Mad Max'. En cambio, comparte con 'Mimosas' la fuerza expresiva con la que graba el desierto: «Es obvio que hay algo que me empuja hacia el sur, hacia ese paisaje», apunta sobre una ambición formal con la que «he intentado transmitir un sentimiento de embriaguez, de éxtasis».
Autodescubrimiento
Se sienta al lado del director el protagonista de la cinta, Sergi López, que reconoce también que se ha aficionado a las raves. «Antes tenía una visión superficial sobre las raves. Pensaba que aquellos que iban solo se dedicaban a tomar drogas, bailar y no hacer nada. Pero he quedado realmente sorprendido por su espíritu de comunidad y por su conciencia ecológica y social», expresa el actor catalán. A pesar de haber grabado en el pasado con directores consagrados como Guillermo del Toro, Isabel Coixet o Albert Serra, no esconde su fascinación por este proyecto con Laxe: «Ha sido completamente diferente a las otros. Es uno de los mayores privilegios de los actores, el hecho de trabajar con artistas que son todos unos extraterrestres».
«Ha resultado como una revelación. El interpretar este personaje —en su evolución resulta central la aceptación de la pérdida— me ha hecho mirarme más hacia mi interior», añade el actor catalán. El título 'Sirât' significa en la religión musulmana el puente que une el infierno con el cielo y este encaja con la ambición espiritual y metafísica del filme. «Los seres humanos nos creamos una imagen idealizada sobre nosotros mismos y desarrollamos un mecanismo psicológico que nos impide estar en contacto con nuestras heridas», sostiene Laxe.
Según el cineasta gallego, «uno de los grandes problemas de las sociedades occidentales es que no están preparadas para aceptar la pérdida; es decir, aceptar sus imperfecciones, perder cosas materiales o despedirse de un familiar». Era conocido el interés del director gallego, que vivió durante más de diez años en Marruecos, por la corriente sufí del islam. Ahora explica que «estoy estudiando psicoterapia». «Todo mi proceso creativo está relacionado con un descubrimiento de sí mismo», concluye.
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