Crítica de 'Te quiero, imbécil' (2020): Un pringao on line

En una cinta con tantos enredos como la presente lo que no puede fallar es la credibilidad argumental. Y aquí falla. Si tan solo hubiéramos tenido el ocurrente punto de partida y los distintos ambientes que propician las relaciones del desorientado protagonista, nos hallaríamos ante una comedia de calidad. Pero, paradójicamente, cuantos más personajes aparecen y cuantas más situaciones se describen, el embrollo se espesa más y más y resulta menos entretenido. Asimismo, la dirección de actores no termina de extraer todo su jugo a un reparto de circunstancias.

Todos sabemos que hoy en día las redes sociales se multiplican hasta el infinito, donde incluso hay internautas que se plantean lo siguiente: Como no voy a cumplir las expectativas, me crearé un personaje. En el fondo eso es lo que hace mucha gente en las redes sociales, inventarse un prestigio. No es tu vida, sino lo que deseas. Creo que hay incluso empresas que por un módico precio te montan unas fotos muy creíbles de unas maravillosas vacaciones que no has hecho en un paradisíaco lugar donde no has estado. 'Te quiero, imbécil' podía haber sacado más partido a este divertimento. Así que mucho me temo que estamos ante un túnel sin fondo en los vericuetos mediáticos de la sociedad del espectáculo.