Crítica de 'Nido de víboras' (2020): Pozo de reptiles
Críticas de cine ·
El protagonista de 'Nido de víboras', Joong Man, es un joven sin futuro, obligado a cuidar de su madre enferma, e incluso pone en peligro su propia vida cuando encuentra una bolsa repleta de dinero. Toda una serie de sujetos de poco fiar se cruzan en su camino, en una historia coral aliñada con un malévolo sentido del humor. Se trata de tipos que envenenan su diario discurrir, hasta el punto de entregarle a las sombras, de trastocar sus sueños, metiéndose como conspiradores en su alma y desempolvando recuerdos que hablan de partidas y de adioses. Acostumbrado a la desgracia, Joong Man se convierte en un condenado que presencia el levantamiento del patíbulo.
El director Kim Yong-hoon pone el foco en el drama posmoderno, pero sin olvidar su diversidad poliédrica tradicional, conforme contemplamos las peripecias de sus desgraciados protagonistas. Sucede como en el cuento aquel en que una mujer cae por la borda de un crucero y, horas después, la echan en falta. Así que regresan a por ella y la encuentran porque sigue nadando. En otro relato un joven decide suicidarse, salta de un puente muy alto, pero cambia de opinión y, en plena caída, endereza el cuerpo y sobrevive. Conclusión: muchos, al igual que Joong Man y los demás, están condenados, se autodestruirán, pero hay que seguir nadando.
Nido de víboras
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Corea del Sur. 2020. 109 m. (16). Drama.
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Director: Kim Yonghoon.
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Intérpretes: Jeon Do-yeon, Jeong Woo-seong.