Crítica de 'Madres verdaderas' (2021): Vínculo eterno
Críticas de cine ·
Los conflictos que se suscitan en torno a la adopción de niños, es lo que describe con sutil delicadeza esta sensible película intimista de la autora de 'Una pastelería en Tokio' (2015), que confirma con 'Madres verdaderas' su indiscutible capacidad para realizar películas sobre personajes de carne y hueso. Pero, por encima del trabajo sobrio y eficaz destaca aquí la fluidez del guión y la excelente interpretación que de él hacen sus actrices, que deben tener un coeficiente intelectual situado por lo menos a la misma altura que los de sus personajes, siempre pudorosos, nunca pretenciosos, en una película sin mácula, cuyo resultado final atesora notable atractivo.
La directora Naomi Kawase deja bien claro que una madre ve a su hijo como una parte de su organismo que se ha ido desprendiendo por fases. Que su bebé acabe convirtiéndose en un cuerpo extraño es algo que le cuesta mucho imaginar. Porque el recuerdo de esa unión física nunca termina de desvanecerse del todo. De ahí el interés de 'Madres verdaderas', convertida por obra y gracia de una cineasta de cuerpo entero en un sencillo canto materno. Es como si sus protagonistas se preguntaran: ¿Quién eras antes, decidme? ¿Un ángel? ¿Un príncipe de cuento? ¿Un mago? ¿Un semidios? ¿O simplemente una criatura nutrida de silencio y de tiempo?
Madres verdaderas
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Japón. 2020. 139 m. (12). Drama.
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Directora: Naomi Kawase.
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Intérpretes: Hiromi Nagasaku, Arata Iura, Aju Makita.