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Los retos de la nueva directora del Guggenheim a la sombra de Vidarte

Miren Arzalluz debe gestionar la oposición al Guggenheim de Urdaibai, seguir subiendo el techo de visitantes, aumentar la presencia de artistas vascos, la cuota femenina y ¿acercar el 'Guernica'?

Martes, 12 de noviembre 2024, 13:32

Juan Ignacio Vidarte llegó a la dirección del Guggenheim con todo por hacer. No tenía premisas ni punto de comparación, así que se encontró con ... un folio en blanco. Salvo matizaciones en el juicio a su trabajo, hay consenso en que se ha convertido en una figura difícil de desligar del museo más internacional de Euskadi. Decir Vidarte es decir Guggenheim. Además, el ya exresponsable, sustituido por Miren Arzalluz, no abandona la nave, sino que sigue anclado a ella como «director emérito con funciones consultivas y no ejecutivas, participando además en las reuniones del Patronato. También a la Fundación Guggenheim, en las iniciativas internacionales de carácter estratégico relacionadas con la Constelación de museos», según cita la propia institución.

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  1. La alargada sombra de Vidarte

Los 32 años de trayectoria de Vidarte acompañando a este símbolo de Bilbao desde antes de su nacimiento pesan mucho, su sombra es muy alargada, con lo bueno y lo malo que eso puede conllevar, y es por ello que uno de los primeros y más importantes retos que afrontará la nueva directora es convivir con esta realidad. Vidarte estará allí presente como timonel con experiencia más que acreditada y habrá que mantener esa relación. Más aún, en el caso de su sucesora, exhibiendo un apellido que recuerda demasiado su parentesco con una parte importante y muy señalada políticamente de la realidad de Euskadi. Vidarte y Arzalluz, dos apellidos que deberá hacer menos visibles con una adecuada gestión.

  1. Museo de Urdaibai

El otro gran reto, el más obvio, es la creación de un museo en Urdaibai en respuesta a las necesidades de ampliación de la sede bilbaína, que se está quedando pequeña por su éxito internacional. La confusión generada por la falta de un apoyo explícito y necesario por parte del Gobierno vasco, reconocida por Ibone Bengoetxea al afirmar que «no hemos sabido informar adecuadamente», ha contribuido a generar dudas en el proyecto pese al rotundo sí de la Diputación que lideraba Unai Rementeria. Esto ha dado pie a alimentar una oposición política y social que se ha ido armando, haciendo más grande y más fuerte, por haber dejado pasar tanto tiempo sin avances visibles desde que el proyecto se anunció.

Ver el museo levantado en Urdaibai con sus dos sedes comunicadas, en Gernika y la marisma de Murueta, parece ser el mayor desafío del nuevo responsable. Reconducir la oposición o dar un golpe de timón y buscar otra ubicación menos discutida. ¿Quizá agraciar a alguna zona castigada por la reconversión industrial y con menos potencial natural?

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  1. Sumar visitantes

En otro orden de cosas, el museo sigue sumando visitantes y parece no tener techo. Hay que mantener el listón para no morir de éxito, a la vista de los datos históricos de afluencia de visitantes (1.324.000 en el último año) y de impacto económico (760 millones de euros en 2023). Es fundamental seguir sorprendiendo con las exposiciones, como las aún vigentes de los artistas japoneses Yoshitomo Nara y Yayoi Kusama. Para ello tiene detrás todo el brillo de la constelación Guggenheim. Y luego está la elección de las colecciones y la compra de obras donde es fundamental el olfato para acertar con los artistas emergentes.

  1. Agrandar la colección propia

Después de alrededor de una década en blanco, el Guggenheim agrandó su colección en 2022 comprando obras por valor de diez millones de euros pagados por el Gobierno vasco y la Diputación. Ejemplares de El Anatsui, Ellsworth Kelly, Jenny Holzer, Alyson Shotz, Alex Reynolds y Esther Ferrer. Para ello, la nueva directora tendrá detrás a los expertos asesores y 'curators' del museo.

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La sostenibilidad es un reto autoimpuesto y acorde con estos tiempos de crisis climática. Este mismo año, se instalaron unos paneles solares que contribuyen a aportar energía limpia. Habrá que seguir caminando en este sentido: 300 paneles solares con una potencia de 80 kw cubren el 100% de la luz en sus salas, pero queda por hacer.

  1. El 'Guernica'

Un último reto también heredado de Vidarte tiene el nombre de 'Guernica'. Le hubiera gustado exponer la obra más simbólica de Pablo de Picasso de forma temporal. No ha podido ser y además parece una utopía vistas las negativas a lo largo del tiempo de los responsables del museo Reina Sofía, pero nada hay imposible.

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  1. Vínculo con la sociedad

Sería interesante seguir estrechando el vínculo que mantiene el Guggenheim con la ciudad y el territorio histórico. Mantenerlo no solo con sus exposiciones dentro del museo, sino con el abanico de actividades que lleva tiempo promocionando: la organización de grandes conciertos y ciclos musicales, los cursos para niños y talleres para personas en situación de exclusión, las colonias de verano, los espectáculos con impacto al margen de las exposiciones, como 'Reflections' en 2017, con sonido e imágenes proyectadas sobre el Guggenheim por su XX aniversario y su continuación, 'Inmersions', por sus bodas de plata; conferencias en el auditorio, masterclases con artistas...

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