Especies que apenas han cambiado en millones de años
biología ·
Algunos seres vivos, llamados fósiles vivientes de manera no muy precisa, han cambiado muy poco en grandes períodos de tiempo, sobre todo en cuanto a su aspecto externomauricio-josé schwarz
Jueves, 28 de octubre 2021
En el habla cotidiana, utilizamos la palabra 'evolución' para denotar un cambio que implica una mejoría, una optimización, un crecimiento, un desarrollo. Evolución es sinónimo de progreso. Evolucionamos en el trabajo aprendiendo cosas nuevas y ocupando puestos de mayor responsabilidad y con mayores ingresos. Un diseño de ingeniería, como un auto o una nevera, 'evolucionan' cuando tienen más prestaciones, resuelven más problemas, son mejores y más desarrollados. Hablamos de cosas 'más evolucionadas' respecto de otras que no han evolucionado porque no han cambiado para ser más útiles, para ser más eficientes.
El problema se presenta cuando esa misma definición se aplica a la evolución de las especies. No es infrecuente la idea de que una especie moderna es 'más evolucionada' que las que le antecedieron como si hubiera avanzado en una senda de progreso y optimización. Ésta es una idea errónea. En biología, 'evolución' se define simplemente como el proceso de cambio de las características de las especies a lo largo del tiempo, especialmente de varias generaciones.
No es un cambio 'para mejorar', no es un cambio de 'progreso', es sólo un cambio, una transformación que se ve impulsada por distintos factores. Si el medio ambiente cambia, las especies que viven en él evolucionan para adaptarse o bien desaparecen. No hay opción.
Los científicos consideran que el pico del pelícano alcanzó el tamaño óptimo hace 30 millones de años
Distintas poblaciones de elefantes antiguos, por ejemplo, que se vieron confinadas en islas del Mediterráneo o de Indonesia, se adaptaron reduciendo su tamaño notablemente. El gran volumen que representaba una ventaja donde había posibles depredadores era una desventaja en un espacio de recursos limitados.
Algunos seres vivos, llamados fósiles vivientes de manera no muy precisa, han cambiado muy poco en grandes períodos de tiempo, sobre todo en cuanto a su aspecto externo, no porque no estén evolucionando, sino porque ese aspecto está tan bien adaptado a su medio ambiente, y éste ha cambiado tan poco, que no ha habido presión que los empuje en una dirección distinta. Veamos cuatro breves ejemplos de seres que están bien adaptados a su entorno.
El cangrejo cacerola
Hace 445 millones de años, antes siquiera de que el primer animal saliera del mar a colonizar la tierra de nuestro planeta, en las costas de los continentes de entonces ya vivía un artrópodo relacionado con los escorpiones marinos que por entonces poblaban los océanos y con ciertas formas de arácnidos. Aparecerían después peces primitivos, insectos gigantes, los primeros reptiles y, 200 millones de años después, los dinosaurios que se extinguieron hace 66 millones de años abriendo la puerta para que los pequeños mamíferos que convivían con ellos se diversificaran hasta conquistar el planeta. Y ese artrópodo sigue hoy viviendo casi sin cambios respecto de los primeros fósiles que hemos hallado, poblando las costas de océanos de todo el mundo. Les llamamos cangrejos pero no lo son, y sus cuatro especies son los únicos representantes sobrevivientes del orden de los xifosuros
El nautilus
Tan conocido como para darle nombre a uno de los primeros submarinos reales, diseñado en 1800, al ficticio que inmortalizó Julio Verne en 1870 en su novela '20.000 leguas de viaje submarino' y al primero impulsado por energía nuclear en 1954, el nautilus es un molusco cefalópodo emparentado con pulpos, calamares, sepias y otros, pero a diferencia de éstos tiene una dura concha, muy vistosa, blanca con rayas marrones, que le permite eludir a los depredadores y lo ha hecho incluso antes de que aparecieran los cangrejos cacerola, pues su origen data de hace 500 millones de años, cuando llegaba a ser de un impresionante tamaño de hasta 10 metros de diámetro. Hoy, mucho más pequeñas, las seis especies de nautilus que aún viven en los océanos Pacífico e Índico son muy parecidas a sus ancestros.
El pelícano
Al hablar de fósiles vivientes es común pensar en el ornitorrinco y el equidna, los últimos mamíferos que ponen huevos. Pero nadie pensaría en el pelícano, esa ave presente en las zonas costeras de prácticamente todo el planeta. Con su largo pico y su bolsa en la parte inferior del mismo, se le considera fósil viviente desde el hallazgo de un pico fosilizado hace 30 millones de años muy similar a los de siete de las ocho especies de pelícanos existentes en la actualidad. Los científicos creen que el pico del pelícano ha alcanzado el tamaño óptimo evolutivo para el vuelo y la alimentación. Más grande y sería imposible que el ave volara. De ahí también que sus más cercanos parientes sean dos aves de grandes picos, la picozapato y el avemartillo.
El capibara
El capibara es impresionante de por sí, un roedor que puede alcanzar los 64 centímetros de altura en la cruz y un peso de 66 kilogramos, cuando los roedores son habitualmente muy pequeños y como máximo del tamaño de un conejo grande. Este animal, que vive en América del Sur, tiene ancestros que, si bien eran de gran tamaño, como el 'Josephoartigasia monesi' descubierto en Uruguay y que tiene una antigüedad de entre 2 y 4 millones de años. También en este caso, salvo por el tamaño, el fósil del ancestro es casi idéntico al animal que hoy convive con nosotros y cuyo único pariente cercano y miembro del género 'Hydrochoerus es el capibara menor'.