
Ver 8 fotos
La tienda soñada de Nuria en Algorta: un refugio con alma donde todo está hecho a mano por ella (y otros artistas)
La artesana Nuria Jaber está detrás de Flor de Awita, un comercio que reivindica «el placer de crear lento y consciente» a través de artículos únicos y talleres creativos
Poco después de acabar sus estudios de Comercio Internacional en 2012, Nuria Jaber, que ahora tiene 38 años, cogió su maleta y se marchó sola a Australia sin billete de vuelta. Al final, se quedó dos años y tras pasar unos meses en Algorta, se marchó de mochilera a Latinoamérica. Allí descubrió los secretos de una técnica ancestral que le enamoró para siempre: el macramé. «Siempre me han encantado las manualidades y cuando estaba terminando mi viaje en Perú, me quedé prendada de cómo hacían los collares», recuerda. Antes de volver, adquirió un montón de piedras semipreciosas y cuando llegó a Algorta, empezó a vender collares a conocidos y familiares. «Como la cosa iba bien, también los vendía en Etsy, pero mi inquietud viajera no paraba, así que un tiempo después, en 2016, me fui a India durante 8 meses», recuerda.

De ese viaje también volvió con una mochila cargada de piedras, de las que aún conserva algunas, con las que no paraba de crear. Tanto que en 2018 decidió asentarse y montó un pequeño taller. «Pronto empecé a atender con cita previa y después me abrí un perfil de Instagram. Realizaba collares con la técnica del micro macramé, con cuerda fina. Con esa misma técnica, empecé a hacer objetos de decoración, como tapices o maceteros y también bolsos. Todo de forma autodidacta», explica. Y ya en 2019, empezó a impartir talleres para no perder la técnica y ayudar a otras personas a conocerla. «Cuando llegó la pandemia y empezamos a salir del confinamiento más duro, decidí hacerlos también al aire libre, por ejemplo, en el bosque de Aizkorri. La respuesta de la gente fue espectacular», confiesa.

El camino que había emprendido años atrás la fue llevando hasta la apertura de la tienda Flor de Awita, ubicada en el número 1 de la calle Torrente de Algorta, que cumple ahora dos años. «Quería mostrar mis productos, pero también abrirme a marcas de diseñadores locales que mantuvieran la misma filosofía que yo, donde el trabajo artesano y la sostenibilidad son los pilares fundamentales», recalca. Así, ahora mismo, la tienda ofrece los objetos creados por Nuria y también cerámica, cosmética natural, velas, jabones, productos de aromaterapia, prendas de ropa de la diseñadora de Getxo Andrea June... «También he querido que el espacio sea muy especial. Todo el mundo que entra me dice que se siente en calma gracias a la música, el aroma... He tratado de que apele a todos nuestros sentidos», describe.
Talleres mensuales y de fin de semana
Nuria sigue manteniendo sus talleres de macramé, con cursos mensuales y también de fin de semana en la tienda, aunque a veces también los imparte al aire libre. «Además, una vez al mes organizo talleres relacionados con los productos de las marcas que vendo, como cerámica, velas, jabones, botánica... Y tienen mucho éxito. Creo que después de la pandemia muchas personas se apuntaron a este tipo de talleres porque necesitaban hacer actividades manuales como forma de evadirse de la rutina», asegura. Además, los talleres han servido para que mucha gente sea consciente del esfuerzo y la dedicación que lleva detrás el trabajo artesano. «Me suelen comentar después de los talleres que ahora entienden el precio de este tipo de artículos, por el material, el tiempo y la dedicación que requieren. Algo de lo que antes no eran conscientes».

La página web es otro de los escaparates de venta de las creaciones de Nuria. Productos hechos a mano que van desde la joyería hasta los bolsos, tapices de pared, accesorios o decoraciones para bodas. También acude asiduamente a diferentes ferias de artesanía de toda España y realiza encargos, desde tapices, por ejemplo, para el cabecero de una cama hasta maceteros o lámparas colgantes. «Pero, ¿no echa de menos esos viajes de mochila?». «Un poco sí, y cuando estoy de vacaciones intento viajar lejos, hace poco he ido con mi hermano a Indonesia. Como todos necesito desconectar, pero la verdad es que cuando terminan las vacaciones vuelvo con muchas ganas. Es mi pequeño rincón en el mundo y lo he creado yo misma. En estos momentos, para mí, no hay mejor lugar que este».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.