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En ocasiones, la vida nos empuja a buscar nuevas formas de expresarnos, de encontrar nuestra voz en medio del ruido. Para Iraide Larrazabal, una joven ... portugaluja de 28 años, el diseño de joyas no solo se ha convertido en su pasión, sino en su mejor herramienta para comunicar emociones, contar historias y desafiar lo establecido. Mientras estudiaba un máster en Comunicación en Barcelona y buscaba trabajo, sentía la necesidad de crear algo propio y muy personal. «Estaba en una etapa de monotonía, buscaba trabajo y necesitaba una motivación, algo que me ilusionara cada día», confiesa la creadora de la marca de bisutería Begiull.
Un día, navegando por Pinterest, descubrió la arcilla polimérica: un material maleable que, al hornearse, se endurece. «Me fascinó la idea de poder darle la forma que quisiera, así que empecé a experimentar, a crear mis propios diseños y a subirlos a Instagram». Poco a poco, sus pendientes y collares fueron gustando a su entorno, que siempre ha creído en ella. «No vengo de una familia adinerada que haya podido apoyarme económicamente en mi proyecto, ni tengo un taller donde trabajar, ni un equipo que me ayude a tomar decisiones, pero lo que sí tengo es el apoyo incondicional de mi familia, que sacan los pedidos cuando yo no puedo y hablan de mi proyecto a cada persona que conocen. Mis amigas me hacen de modelos siempre que se lo pido, me apoyan en cada market y lucen sus Begiull mejor que nadie. Y mi pareja siempre está ahí para apoyarme en los momentos más bajos y para celebrar cada pequeño avance», agradece esta joven emprendedora.
Su firma de accesorios atrevidos, Begiull, nació en 2020, no solo como un proyecto artístico, sino como un reflejo de su inconformismo y su necesidad de crear piezas con alma. El nombre surge de la unión de 'begi' (ojo en euskera) y 'ull' (ojo en catalán), una declaración de intenciones que refleja su propósito: ser el accesorio que atrae miradas. Más allá de ser simples adornos, las creaciones de Iraide se convierten en herramientas de expresión personal y empoderamiento.
En 2023, mientras trabajaba en una empresa de comunicación, fue despedida. Ese momento se convirtió en un punto de inflexión en su vida. «Siempre he tenido muchas ideas de emprendimiento, soy muy inquieta y tengo mucha iniciativa. Pero esta vez, quise crear algo que naciera desde dentro, sin buscar validaciones externas. Creaba porque me gustaba, porque lo sentía», confiesa la diseñadora. En ese momento, dejó de ser solo un proyecto personal para convertirse en un reflejo de su esencia y una vía para canalizar su creatividad.
Si hay algo que define a esta marca es su esencia inconformista, una filosofía que se refleja en cada una de sus creaciones. «No voy a seguir nunca las tendencias pasajeras que dicta la 'fast fashion'», afirma con convicción. Y es que Begiull no es solo una marca de joyería, sino una declaración de intenciones. «Quiero crear con algo que contar», asegura la joven emprendedora. Cada colección es un universo propio, libre de imposiciones y límites creativos. La exploración de nuevos materiales y formas es una constante en su proceso, permitiéndole innovar sin ataduras. La estética de Begiull, está alejada de lo convencional, apuesta por diseños atemporales y distintivos, piezas que se sostienen en el tiempo sin rendirse a las modas efímeras. Pero más allá de la creatividad y la originalidad, cada joya lleva consigo una historia, una emoción, una parte de su creadora.
Para Iraide, diseñar es mucho más que crear objetos: es la excusa perfecta para explorar ideas, conectar con emociones y dar forma a su visión personal. «Me encantan cuando tengo las piezas sobre la mesa y me viene la inspiración con dos elementos que no iban juntos», dice Iraide, refiriéndose a esos momentos mágicos en los que todo encaja de manera inesperada. Disfruta cada paso del proceso, observando cómo sus creaciones toman forma. «Cuando empiezo a hacer pruebas y los primeros prototipos, me encanta ver la evolución», añade. Los colores vibrantes y las formas innovadoras son esenciales para que sus diseños no solo llamen la atención, sino que cuenten una historia que solo Begiull sabe narrar.
Cada una de sus colecciones, como Renacer, Self Crush, Raíces y la más reciente, Segundas Oportunidades, narra una parte de la historia personal y creativa de Iraide, transformando cada pieza en un testimonio de su evolución. Con esta nueva colección, Segundas Oportunidades, Begiull da un paso más en su viaje, un nombre que no solo simboliza la oportunidad de redescubrirse y reinventarse, sino que también refleja la propia historia de la marca y su creadora. Iraide se enfoca en la creación de piezas que no solo sean estéticamente hermosas, sino funcionales, buscando siempre que los accesorios tengan diferentes usos. «Siempre busco que sirvan de maneras diferentes. Crear diseños que puedas poner de varias formas», comenta. Los collares multiposición, con curvas e irregularidades, son una clara representación de esta filosofía, donde la flexibilidad y la versatilidad se unen al arte de transformar cada pieza en algo único y personal. Sus diseños, además, son asequibles: los pendientes y collares cuestan de 7 a 23 euros.
Para esta última colección, que ya está disponible en su página web, Iraide ha jugado con la idea de crear algo único, reutilizando restos de otras colecciones y explorando nuevos colores, patrones y estampados, una forma de darle una segunda oportunidad a elementos que, en un principio, parecían descartados, pero que ahora, al ser transformados, se convierten en algo completamente nuevo. «Darle una segunda oportunidad a una arcilla que no parecía tener cabida en una colección anterior fue la inspiración para esta propuesta», afirma la joven portugaluja.
Desde sus inicios en Barcelona y ahora en Australia, donde vive desde noviembre por motivos laborales de su pareja, la pasión de Iraide por crear no ha dejado de crecer. Con cada nueva colección, su trabajo se reinventa, pero siempre se mantiene fiel a la esencia auténtica que le dio vida. Sin embargo, su visión no termina aquí. Iraide sueña con regresar a su Portugalete natal, donde planea crear un espacio único, mucho más que una tienda. «Quiero un lugar donde la creatividad no tenga límites, donde las personas puedan descubrir mis piezas y conectar con ellas», comparte con emoción.
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