Pasa un día en Bilbao como si estuvieras en Hawái: pokes, camisas floreadas y... ¡vermú con ukelele!
Una exótica ruta por la capital vizcaína en la que no falta un buen masaje hawaiano, un té de hibisco refrescante y hasta un divertido aperitivo para aprender a tocar el instrumento tradicional de las islas del Pacífico
Una esbelta palmera mecida sobre una exótica puesta de sol naranja en una playa de arena dorada y aguas cristalinas. Es la postal mental que ... se activa en el imaginario colectivo cuando se piensa en el archipiélago hawaiano. Aunque las olas de Sopela no son las de Waikiki y Bilbao se encuentra a miles de kilómetros de las islas del Pacífico, la villa ha acogido con entusiasmo la esencia hawaiana. En esta ruta tropical por la capital vizcaína, nos acercamos a los restaurantes especializados en 'poke bowls' y descubrimos un templo de la ropa 'vintage' con auténticas camisas hawaianas. Los hibiscos florecen con su belleza vibrante y exótica en Colón de Larreátegui. Y en General Concha nos enseñan que sus flores también se convierten en una refrescante infusión para el verano. Después de un buen masaje hawaiano, nos apuntamos a las ukedadas que organiza Marcos cada domingo en su escuela de Zorrozaurre para disfrutar de la vida a ritmo de ukelele. Y, además, nos sumamos al primer 'vermulele' de Bilbao para tomar el vermú mientras aprendemos a tocar este pequeño gran instrumento. Hawái está lejos, sí, pero si uno afina la vista, encuentra fragmentos de este paraíso tropical muy cerca de casa.
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Cinco pokes, sabor hawaiano en Bilbao
Para reponer fuerzas mientras hacemos la ruta más tropical de Bilbao, no podemos prescindir de comernos un buen poke, estrella de la cocina hawaiana. Los locales que ofrecen este refrescante plato han proliferado en los últimos años y también su número de adeptos, por ser una opción saludable, económica y elaborada con alimentos frescos y nutritivos. Nos dirigimos hasta el número 10 de Licenciado Poza para visitar Nalu Poke, el primer local especializado en poke bowls que abrió en Bilbao, en junio de 2019, de la mano de los vizcaínos Lander Arostegui y Edson Conde. Nos decantamos por el poke jaws, uno de los platos más hawaianos de la carta, compuesto por arroz, atún, cherry, piña, wakame, cebolla frita y salsa mostaza miel. ¡Riquísimo!

Otro de los pioneros en Bilbao fue Aloha Poke, que abrió sus puertas a finales de 2019, así que también tenemos que probarlo. Vamos hasta el número 15 de Colón de Larreátegui y nos encontramos con Willy, que nos explica que su idea forma parte de un concepto denominado Healthy Fast Food (comida rápida saludable), basado en la comida tradicional de los pescadores hawaianos. No nos resistimos a probar el Creamy Salmón, uno de los que más éxito cosecha en el local. «Tiene salmón, aguacate, edamame, queso crema, cebolla crunchy, cebolla caramelizada, semillas de sésamo y salsa Spicy Mayo. A la gente le encanta», asegura Willy.

Si eres de los que necesitas comer sin gluten, también hemos buscado una opción para ti. Está en Bausk, en el número 8 de García Rivero, que promete pokes 0% gluten, 0% fritos, y 100% caseros. «Toda la carta es sin gluten, apta para celíacos. Nos hemos asegurado de que todos los productos comunes que trabajamos, como especias, salsa de soja o mayonesa, especifiquen que no tienen gluten», nos confirman. Nosotros nos decantamos por el poke Lemon and Herb, con ensalada de col y zanahoria, quinoa, marinado con limón, remolacha, cebolla caramelizada, queso feta, aliño miel y mostaza y semillas de lino. Vamos, todo un placer culinario sin sufrir remordimientos.

Para quienes adoran mezclar el desayuno y el almuerzo también tenemos opciones. ¿Qué tal un 'brunch' tropical en pleno centro de Bilbao? Lo hemos encontrado en Balicana, en el número 40 de la calle Henao. Lo organizan todos los domingos de 10.30 a 12.45 horas, con reserva mínima para dos personas. Aquí no falta de nada: se puede elegir entre platos como tostada con salmón o bacon, aguacate y philadelphia o tostada de brioche de mantequilla. También ofrecen postres como yogur con granola y frutos rojos, croissant a la plancha con nutella o mermelada o un bowl de macedonia de frutas. «Para beber tenemos zumo de naranja natural recién exprimido, Mimosa (con champán y zumo de naranja) o un Sunday Cocktail», detallan.

Como todavía nos quedan ganas de más, nos acercamos hasta Deusto, concretamente al número 1 de la Avenida Madariaga. Allí se encuentra Kalma Poke, donde uno mismo puede preparar sus pokes al gusto. Tenemos un montón de ingredientes para escoger, «siempre apostando por productos de km0», explican. Primero elegimos el tamaño, mediano o grande, y empezamos a incluir nuestros ingredientes preferidos a la base de arroz sushi, quinoa y mix de lechugas. Nosotros hemos optado por el atún (para incluir proteína), una salsa trufada y un par de toppings, aguacate y mango. Si tienes dudas no te preocupes, ellos te ayudan a elegir teniendo en cuenta si eres más de dulce o de salado o si te apetece, por ejemplo, una opción vegana. ¿Qué elegirías?

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Un masaje hawaiano para liberar tensiones
No podía faltar en nuestra ruta un buen masaje hawaiano, así que nos dirigimos al Instituto de Belleza Juana Sustacha, fundado por esta profesional de la estética hace 23 años y ubicado en el número 21 de la calle Heros. Aunque Juana está especializada en tratamientos faciales, totalmente personalizados, esta vez acudimos en busca de un masaje hawaiano, también conocido como Lomi Lomi. Es una técnica ancestral originaria de este archipiélago del Pacífico que se caracteriza por sus movimientos fluidos, rítmicos y profundos, que imitan las olas del mar. «Lo curioso es que se realiza con los antebrazos, los codos y las manos, además de con piedras calientes. Trabajamos todo el cuerpo y conseguimos una relajación profunda, aliviar el dolor y mejorar la circulación. Llevamos ocho años haciéndolo y tiene mucho éxito, porque es muy distinto», cuenta Patricia, quiromasajista y auxiliar de fisioterapia en Juana Sustacha.

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La flor de hibisco, símbolo de belleza tropical
Cuando pensamos en Hawái, nos vienen a la mente las bailarinas de hula, el surf y los increíbles paisajes de verdes cordilleras, pero quizá uno de los elementos más característicos de esas lejanas islas son los adornos florales que los hawaianos suelen regalar en ocasiones especiales. Este tipo de guirnaldas hechas con flores y plantas, y que suelen colocarse en forma de collar o de corona, se llaman genéricamente lei, y pueden encontrarse de muchos estilos y formas. Eso sí, siempre ganan en belleza si llevan el hibisco amarillo, con sus pétalos grandes, que se convirtió en la flor oficial de Hawái el 6 de junio de 1988.

Nos ha hecho ilusión encontrar este símbolo de belleza tropical en la floristería Market Bilbao, en el número 38 de Colón de Larreátegui. «Esta flor tiene la particularidad de que solo dura un día en la planta, pero para compensarlo produce muchas flores. Es una planta de exterior muy fácil de cuidar, simplemente, hay que regarla cuando el sustrato esté seco. Tenemos varios tamaños y colores (amarillo, rojo, blanco, rosa, morado...) y las vendemos a partir de quince euros», explica Álex Senarriaga, propietario de la floristería. Este emprendedor descubrió su pasión por la jardinería mientras estudiaba en Inglaterra. Y después de dedicarse al mundo de la moda, en 2014 se lanzó a esta apasionante aventura floral. Primero abrió un local en Bilbao La Vieja y el 21 de junio de 2020, después del confinamiento, se trasladó a su actual 'concept store', donde vende desde cactus, bromelias y orquídeas hasta originales jarrones, vajillas y regaderas. «La tienda combina mis dos pasiones: las flores y las plantas y los objetos y muebles antiguos», cuenta.
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Té de hibisco, la infusión de moda
El té de hibisco, conocido por su sabor ácido y color rojo vibrante, es una bebida muy apreciada en Hawái, tanto en su versión caliente como fría, ideal para el verano. Y sí, en Bilbao también podemos encontrarla. «Es una infusión con numerosos beneficios: estimula la digestión, alivia malestares estomacales, ayuda a bajar la presión arterial, controlar el peso... La infusionamos durante siete u ocho minutos y después la podemos meter en la nevera para tomarla con hielos en verano, al estilo refresco, aunque también se puede beber caliente», explica Isabel Stoy, propietaria de la tienda de alimentación a granel La Pimienta Dorada.

Conocida también como agua de Jamaica, Isabel asegura que «está muy de moda en Bilbao» y que cada vez se vende más. El 'boom' empezó hace un par de años, cuando Isabel Preysler contó en 'El Hormiguero' que esta infusión nunca falta en sus desayunos. «Ahora la quiere todo el mundo y no hay muchos sitios en Bilbao donde se venda así, tal cual, con las flores secas. Tiene un tono entre rojizo o morado, recuerda a la infusión de frutas del bosque. Eso sí, algunas personas suelen endulzarla, porque les resulta un poco amarga», señala la emprendedora, que también vende en su comercio de productos locales y sin plásticos, ubicado en el número 7 de General Concha, frutos secos naturales, legumbres, pasta fresca artesana o setas deshidratadas. La infusión de hibisco cuesta 3,10 euros los 100 gramos, pero cunde mucho: «La gente se suele llevar la mitad, unos 50 gramos, y le da para 10 infusiones grandes. Para una taza, vale con echar una cucharada», detalla.
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La auténtica camisa hawaiana
No podemos continuar con la ruta sin ponernos antes una camisa hawaiana. Irónica, festiva y algo canalla, esta icónica prenda fue creada en el Hawái de los años 30 y se hizo popular en la década de los cincuenta, gracias a iconos de la cultura popular como Elvis o Frank Sinatra. En la tienda Supernova Vintage, encontramos varios modelos en seda que, lejos de parecer horteras, aportan estilo y muy buen rollo. «Las traemos directamente desde Estados Unidos, son las originales y nos parecen espectaculares, auténticas reliquias», cuentan Ana Prado y Mariona Vélez, fundadoras de este comercio de ropa 'vintage' del Casco Viejo (Belosticale, 26) que nació hace ocho años para que los bilbaínos pudiesen «expresar su estilo viajando al pasado».

Sus camisas hawaianas son únicas, no hay dos iguales. Y, además, las customizan y acortan para llegar a todos los públicos. «Algunas vienen un poco grandes, así que hacemos 'crop tops' con ellas. Tenemos el almacén lleno de camisas hawaianas, las sacaremos la semana que viene. Y durante los próximos meses, ofreceremos muchos modelos nuevos, porque es la prenda que más vendemos en verano», explican estas emprendedoras treintañeras. Cuestan desde 18 euros hasta 29 los modelos más especiales. Y sí, ellas tampoco se las quitan. «Nos las solemos poner bastante, incluso para trabajar aquí en la tienda».

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Vermulele: vermú + ukelele
Terminamos esta ruta hawaiana conociendo a Marcos Feijóo, que se aficionó al ukelele por casualidad durante un viaje a Italia. «Mi mujer es italiana, así que solemos ir a su país todos los veranos para visitar a su familia. Un día haciendo turismo vi que había una oferta de instrumentos en una tienda de música», cuenta. De pequeño, tocó el clarinete. Y, más adelante, hizo sus pinitos con la guitarra, pero nunca antes se había interesado por el ukelele, el instrumento tradicional de Hawái. «Ni siquiera había visto uno, así que me pasé un buen rato en la tienda probándolo». Le gustó tanto este pequeño gran instrumento, una especie de guitarra de no más de 50 centímetros y cuatro cuerdas, que se lo compró para practicar en casa. Y no lo ha soltado desde entonces. Seis meses después, en enero de 2011, abrió Ukelab, su «laboratorio del ukelele», una escuela en la que ofrece talleres y clases para iniciarse en este mundo que tanto «engancha y divierte». «Me di cuenta de que la idea iba a funcionar, porque siempre que sacaba el ukele en cualquier sitio, mis amigos me lo quitaban de las manos. En cambio, cuando les quise enseñar a tocar la guitarra, no se animaba ninguno, porque les parecía algo muy complicado», ríe.

Marcos descubrió que el ukelele es «una herramienta perfecta para que la gente haga música», así que en 2013 se le ocurrió organizar ukedadas. Desde entonces, todos los domingos por la tarde, de cinco a siete, se reúnen en su escuela, ubicada en el número 9 de la calle Pintor Ignacio Zuloaga de Zorrozaurre, alumnos, curiosos y espontáneos para tocar canciones. «Pueden venir tanto quienes no saben nada y quieren probar como quienes ya saben algo y quieren mejorar. Y no tienen que comprarse el ukelele, porque yo se lo presto». Los adultos pagan 14 euros y los niños menores de 14 años solo 10. «Hemos llegado a hacer ukedadas de hasta 50 personas. Por lo general, viene gente de unos 40 años para arriba, pero también traen a sus hijos, sobrinos, nietos... ya somos como una gran familia».

Marcos, acostumbrado a bautizar sus eventos con un 'uke' o un 'lele' en el nombre, ha celebrado por primera vez este sábado, desde las doce del mediodía, un 'vermulele' en su pabellón, en 'La Terminal'. «Queríamos salir con los ukeleles a la terraza y disfrutar de un vermú con un picoteo. Lo repetiremos, seguro. Todo el que quiera está más que invitado para la próxima», anima este informático de 48 años que cambió los ordenadores por el ukelele. Una pasión por este instrumento que también lleva hasta los colegios y las aulas de cultura de diferentes municipios, donde suele impartir talleres. «El fin de semana pasado ofrecí una clase de iniciación en el Museo Histórico de Las Merindades, en Medina de Pomar, y el próximo 29 de junio daré un taller en el espacio Txokoslow de Barakaldo». Solo hay que tener de 9 a 99 años y muchas ganas de pasarlo bien. «Lo bueno del ukelele es que es fácil de aprender, así que en dos horas les enseño cuatro acordes y acaban la clase tocando un montón de canciones». Marcos está convencido de que con más ukeleles, el mundo iría mejor, porque es divertido, sencillo, cómodo, barato... «Es un instrumento que no ocupa espacio y, además, cuesta muy poco, desde 40 euros, así que empiezas con uno y acabas teniendo hasta tres o cuatro».
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