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La Navidad puede sacar lo mejor de las personas. Anabel Ríos y Alicia Rodríguez, vecinas de Txurdinaga, se han encargado de llevar la magia hasta ... su barrio a través de un decorado de luces elaborado a mano por ellas mismas. Su amistad se forjó hace 27 años. Viven al lado y se conocieron cuando sus hijos eran pequeños. Salían a pasear juntas y también coincidían muchos ratos en la plaza mientras ellos jugaban.
Hace tres años, cuando tomaban algo en la terraza de un bar, se les ocurrió la idea de adornar una de las plazas de la calle Arbidea para alegrar la zona en época navideña. «Notábamos mucha tristeza. La gente se iba haciendo mayor y no se veía alegría. Cuando se lo comentamos a los vecinos por primera vez no quisieron participar. Pero nosotras decidimos seguir adelante con la iniciativa y empezamos a poner algunos adornos», cuentan.
Poco a poco, los residentes en esta zona empezaron a mostrar interés. «Al principio pagamos todo nosotras dos, pero queríamos hacer algo más grande, así que necesitábamos colaboración. Este año decidimos poner una caja anónima para que la gente aportara la cantidad de dinero que pudiera, y ha funcionado», celebran. Las amigas llevan dos meses trabajando en la decoración de la plaza con la ayuda de sus hijos, Unai Delgado y Maider Hernández. Sus ganas de promover la esencia navideña les llevó a idear diferentes bocetos y a mirar todo tipo de materiales con mucha paciencia. Primero elaboraron los diseños y comprobaron las alturas y dimensiones de las figuras, y después se pusieron manos a la obra con la instalación.
Fueron 15 horas de trabajo intenso hasta que consiguieron engalanar todas las macetas y el perímetro completo de la plaza Arbidea, ubicada en la zona de portales que incluye desde el número 2 hasta el 12. «Hemos trabajado los cuatro en equipo desde las doce de la mañana hasta las tres de la madrugada con música navideña y palomitas. Sin parar. No tuvimos tiempo ni para comer. Los vecinos bajaban y nos preguntaban a ver qué estábamos haciendo. Nos da mucha alegría. Ver las caras de la gente cuando descubren el decorado es algo que no se nos va a olvidar», aseguran.
Minutos antes de la entrevista, Anabel se encontraba subida a una escalera colocando una serpentina de luces por todo el perímetro de la plaza. Ha sido un proceso laborioso en el que han cuidado todos los detalles: macetas con arcos y flores, espumillón alrededor de los troncos, figuras de Olentzero y Papa Noel, lazos de colores... Todo está elaborado a mano. La guinda del pastel ha sido un 'photocall' para que los vecinos puedan hacerse fotos.
Lo más complicado del proceso creativo ha sido el encendido, porque no disponían de enchufes. «Al ser un jardín exterior, no se puede poner ninguna instalación. Nos hemos tenido que adaptar a las circunstancias. Utilizamos iluminación solar o con baterías, porque aguantan a la intemperie. La decoración ha sobrevivido al vendaval del otro día y a la lluvia, así que ya puede resistir a todo», ríen.
Mientras colocaban los últimos detalles, varias personas pasaron por la zona y observaron con asombro la estampa: una abuela con su nieto, una señora mayor en silla de ruedas que venía de la residencia de al lado… «¡Qué bonito os está quedando!», les decía una vecina que salía del portal. Algunos incluso seguían el proceso con expectación a través de sus ventanas. «Estos días han pasado muchos ancianos para ver el decorado. Nuestra vecina de arriba, que es muy mayor, siempre nos pregunta a ver cuándo lo vamos a encender. La comunidad está encantada».
Su objetivo es estrechar lazos con los vecinos de Txurdinaga y compartir el espíritu navideño. «Es importante que la gente interactúe, porque nos estamos volviendo más individualistas. Esto es un motivo de festejo, de sonreír. Queremos que todo el mundo disfrute de la época. También valoramos mucho que los comercios de la zona se hayan sumado», agradecen. El domingo pasado, Anabel, Alicia, Unai y Maider prendieron las luces de forma oficial, y con ellas también se encendió la ilusión de un barrio entero que estaba deseando disfrutar de la época más entrañable del año.
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