Ver 7 fotos
Las obras que obligan a cerrar una docena de comercios del centro de Bilbao
Hosteleros y comerciantes de la calle Berastegi cesarán la actividad de forma temporal a partir del 1 de septiembre
Septiembre es un mes de inflexión, de volver al trabajo después de las vacaciones estivales. Para Jacobo Falagan, encargado de la cafetería Monterrey, un clásico ... de Bilbao desde hace 75 años y con aspecto de vagón de tren de la Pullman Car Company, comenzará en cambio la «mayor incertidumbre de su vida». Tras más de dos décadas en el emblemático restaurante de la calle Gran Vía, en unos días afrontará un expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte). El negocio es uno de los once locales afectados por la obra que la propiedad del número 1 de Berastegui debe acometer.
El inmueble de 5.575 metros cuadrados de superficie padece una importante problema estructural, según adelantó en junio EL CORREO. Al menos dos pilares de fundición que sustentan los cimientos están agrietados. La propiedad, Villa Mena, una empresa con sede en Madrid, afrontará la actuación por «motivos de seguridad». Mientras, todas las lonjas deberán echar la persiana. «Si esto dura mucho, será nuestra ruina. Seis meses igual podemos aguantar, pero como se extienda dos años, corremos el riesgo de tener que cerrar», señala Falagan.
Un centenar de empleos están afectados. Los trabajadores de franquicias serán en la mayoría de los casos trasladados a otras tiendas. Es lo que hará, por ejemplo, General Óptica. Para la cafetería Monterrey es imposible. «¿A dónde vamos a ir? No sería lo mismo movernos a otro sitio. No es viable, nosotros somos lo que somos aquí. Estamos a tope, hay muchos turistas todo el año, damos desayunos a las oficinas, a los trabajadores del Corte Ingles, de Primark, de otras tiendas... Viene todo el mundo y va a más», asegura el barman. El encargado censura que hagan «ahora las catas, que se prolongarán mes y medi. Las podían haber realizado sin que cerrásemos y así hubiéramos podido seguir trabajando».
Protege el comercio
En la céntrica manzana hay de todo, desde emblemáticos locales hosteleros como el restaurante Monterrey, la Taberna Taurina, el Atseden y el Molinillo, hasta la pastelería Arrese, una farmacia y varias franquicias. La tienda de dulces y caramelos (Chupidenda) directamente ha preferido echar la persiana y adelantar la jubilación. El edificio está vacío, antiguamente había oficinas. «Pagamos muy poco, igual la jugada es que nos vayamos. Pueden contratar a una empresa que lo haga rápido o a una que tarde años», desconfía. Dirige sus miradas al Ayuntamiento. «Debe protegernos, conseguir que las cosas se hagan en el mínimo de tiempo. Somos un montón de familias que de lo contrario iremos al paro», reclama.
Y lanza una pregunta. ¿Si desaparecemos dónde va a tomarse la gente un caldito en Navidad, o comerse las torrijas». ¿Qué van a poner? ¿Una tienda de carcasas de móvil, un kebab...? Hay que mantener la esencia del comercio de toda la vida, lo que es Bilbao.
«Tenemos hipotecas, pagar colegios... Por mucho que los dueños nos quieran mantener, en el Erte nos pagan el 70%. ¿Qué hacemos?, ¿quién nos va a contratar, si nos vamos a marchar en unos meses?, se pregunta Cristina Valle, camarera del bar Atseden. La calle Ledesma perderá mientras duren las obras tres de los locales más importantes de poteo de la zona. Además del Atseden, cerrará la Taberna Taurina y el Molinillo. Los tres son del mismo propietario. Sus veinte trabajadores se van al Erte. «El jefe nos aguantará, es cierto que hay que pagar sin ingresar. Se sabe cuándo empieza una obra, pero no cuándo termina. Hay muchas dudas, a ver cómo encontramos luego los bares... En la Taberna Taurina hay que quitar la barra para picar», se desespera una hostelera.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión