Incendio en un edificio de Balmaseda: «Con viento sur el fuego se habría propagado por todo el casco viejo»
Los graves daños sufridos por el inmueble obligará a pasar las navidades fuera de sus casas a una veintena de personas
Amaia no quería ni entrar este sábado en su piso de la plaza San Severino, en pleno corazón de Balmaseda. Apenas habían pasado doce horas ... del incendio y su marido bajaba con bolsas llenas de objetos personales. No le preguntaba nada. Ya habría tiempo de hablar más adelante. Pero ya sabía que las consecuencias del fuego, que mantuvo en vilo a buena parte de la localidad encartada durante la noche del viernes, iban a ser terribles.
Hacía sólo seis meses que esta mujer, interiorista de profesión, había comprado esta vivienda con su marido. La idea era reformarla y ponerla en alquiler. Hicieron la rehabilitación sin escatimar en gastos ni en detalles. Hacía también apenas un año que se había reformado el portal del número 13. El tejado también era prácticamente nuevo. El resultado les gustó tanto que esta pareja decidió quedarse allí a vivir. No era una decisión definitiva. Pero en esa casa estaban muy cómodos.
Amaia y su marido estaban en la zona de Villasana de Mena cuando el viernes, pasadas las nueve de la noche, recibieron una llamada de teléfono: «Hay un incendio en vuestro edificio». Cuando llegaron el tejado del inmueble estaba en llamas.
Una de las primeras personas que llegó al lugar fue Enrique Pastor, responsable de Protección Civil en Balmaseda. Pastor explica que fue una vecina del cuarto piso la que dio la voz de alarma. Esta mujer percibió un fuerte olor a humo y se encontró con que se había desatado un incendio en uno de los camarotes ubicados encima de su vivienda.
Llamó a los servicios de emergencias sobre las nueve de la noche y apenas «cuatro minutos después» llegaron las primeras dotaciones. Para entonces el fuego salía ya por el techo. Los bomberos atacaron el incendio por distintos flancos, incluidos los edificios adyacentes, mientras se evacuaba a los vecinos que estaban en sus viviendas. En total se desalojó a una veintena de personas. «Algunos salieron con lo puesto, en zapatillas», relata Pastor. Siete personas tuvieron que ser alojadas en el hotel de la localidad porque no tenían dónde quedarse. El resto pasaron la noche en casas de parientes, de amigos o en otras residencias.
El incendio -presumiblemente provocado por un cortocircuito- no se controló hasta pasadas las dos de la madrugada. En algunos momentos se llegó a temer que el edificio, de estructura parcial de madera, pudiese venirse abajo.
Estas personas tendrán que pasar las fiestas en este establecimiento, o en otros lugares. También el resto de vecinos tendrán que celebrar las navidades lejos de sus casas. El propio alcalde, Alfonso San Vicente, ya anticipó ayer, antes de la inspección técnica, que era casi imposible que estas personas pudiesen celebrar las fiestas con normalidad.
Riesgo de colapso
Horas después, el arquitecto municipal descartó que el edificio corra riesgo de colapsar. Pero también se determinó que el estado del inmueble hace inviable que, ahora mismo, pueda ser habitado en buenas condiciones en las próximas semanas. «Ha habido cierta suerte porque se ha tratado de un bloque que está en la esquina, y tanto los bomberos como el resto de efectivos han podido actuar, y se ha podido aislar de los demás edificios, sin propagarse. Si hubiera sido más en el centro del casco estaríamos hablando ahora mismo de una tragedia», explicó el regidor.
El fuego afectó sobre todo a las viviendas de la cuarta planta y al tejado, que se derrumbó en gran parte. Pero también los techos de los terceros pisos se vieron muy afectados. Y el agua que tuvieron que utilizar los bomberos para sofocar las llamas inundaron otras viviendas y llegaron incluso a la peluquería y al estanco que están ubicados en los bajos.
A primera hora de la mañana de ayer, mientras se instalaba el mercadillo navideño, muchos vecinos se acercaron a la plaza, ubicada junto a la iglesia, para ver los destrozos. Había una idea que repetían una y otra vez. Dentro de la gravedad de lo ocurrido, el resto de vecinos tuvieron «suerte». «Con viento sur es muy probable que las llamas se hubiesen propagado por el resto de edificios del casco histórico», explicó Javi, un residente de la zona. También se preguntaban qué habría ocurrido si el fuego hubiese empezado en las plantas bajas.
El incendio removió los recuerdos de los balmasedanos, que tienen muy presente todavía el grave incendio que el pasado año, coincidiendo con sus fiestas patronales, y con la celebración del concurso de Putxeras, arrasó más de 400 hectáreas en el monte Arbaliza y amenazó a las viviendas de la villa.
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