Los afectados por el incendio de Balmaseda no podrán volver a sus casas en un año
Los vecinos acudieron este martes a recuperar parte de sus pertenencias
Diana Martínez
Balmaseda
Martes, 26 de diciembre 2023, 16:32
La imagen de la plaza de San Severino, en el corazón de Balmaseda, es desoladora. En plena celebración de las fiestas navideñas, cuando todo ... debería ser risas y diversión, la estampa es muy diferente. No hay vecino que pase por estas antiguas calles de la villa y no pose su mirada en el edificio número 13, que el pasado fin de semana fue preso de las llamas, obligando a desalojar a más de una decena de familias en vísperas de Nochebuena. Este martes, cuatro días después del incendio de grandes dimensiones, todavía se podía oler el humo de lo que fue una pesadilla para los residentes y ver los escombros y cristales rotos en los alrededores del inmueble afectado. Una situación de riesgo que obligó a actuar rápido y salir a la calle con lo puesto, en pijama. Algunos siguen recordando la escena. «Son cosas que cuesta asimilar», menciona a este diario Mariano Cerón, dueño del primer piso, donde convive con otros tres hermanos. «Nos cuesta dormir, pero hay que seguir adelante, no queda otra», admite afectado por la situación.
«No nos tocó el Gordo y mira la 'lotería' que nos ha tocado», lamenta este vecino de 64 años que llevaba al menos dos décadas viviendo ahí. Cerón es uno de los propietarios que han sido llamados esta mañana para intentar recuperar algunas de sus pertenencias. Este periódico se ha adentrado con esta familia en el inmueble con el fin de verificar el estado de las habitaciones, pero el intento ha sido infructuoso; la llave no podía abrir la puerta, hinchada por el agua. «Se ha inundado el edificio, fueron muchas horas con los bomberos lanzando agua y todo eso cae abajo», afirma. Las escaleras de la comunidad y el portal se encuentran llenos de escombros y agua.
El propio alcalde, Alfonso San Vicente, ha estado presente esta mañana ante el inmueble, ofreciendo su apoyo a los vecinos. «Se les permite entrar durante estos días para que puedan recoger sus cosas», señala. En total cinco familias han podido acceder a sus pisos para recuperar ropa y otros objetos personales, en tandas y con la presencia de dos agentes de la Policía Local. Al cabo de varios minutos, bajaban con bolsas de basura llenas de lo que han podido salvar: ropa de invierno, calzado, ordenadores, una televisión y una aspiradora, joyería, peluches... Visiblemente afectados, ninguno ha querido dar declaraciones acerca del estado de sus hogares.
«Fue horrible»
La entrada ha tenido lugar después de una inspección de los técnicos, que mantienen que, a pesar de todo, la estructura del edificio de madera se encuentra en buen estado. ¿Cuál es el siguiente paso? «Ahora comienza un proceso de tramitación de seguros, proyectos de rehabilitación... Llevará seis, ocho o incluso doce meses. Si todo va bien se baraja que los vecinos puedan volver en las próximas navidades», asegura a EL CORREO el regidor, quien agradece la rápida actuación de los servicios de emergencia. «Justo hicimos un plan de emergencia con los bomberos hace una semana y ahora hemos tenido que ponerlo en práctica». De las catorce familias que habitaban en el portal número 13, ocho han sido alojadas en el hotel de San Roque mientras que el resto, con sus respectivos familiares. «Paciencia, queda esperar mucho para recuperar la casa. Por lo menos estamos bien, nadie resultó herido», expresa Diana Aubes, del cuarto piso.
Dos negocios se han visto afectados también por el suceso. En los bajos del inmueble se encuentran un estanco y una peluquería, a donde también ha llegado el agua. «El techo se ha desconchado, está húmedo y el agua ha afectado a los muebles, tres maquinillas de cortar se han estropeado, los cascotes están encima de la butaca...», enumera Mikel Moral, al frente del negocio que abrió su padre hace 60 años. «No puedo parar, el negocio tiene que seguir funcionando, así que estoy buscando alguna solución para intentar habilitar algún local y poder trabajar».
Casi una decena de afectados se han plantado esta mañana ante el inmueble, a esperas de poder recuperar algunas de sus pertenencias y recordando lo «horrible» que fue el incidente, causado previsiblemente por un cortocircuito, tal y como publicó este periódico el sábado. «Se cayó el techo en el cuarto piso, donde estaban los trasteros. Por suerte se dieron cuenta rápido y pudieron salir a tiempo», relata Ángel Moreno, vecino de la zona que fue testigo del incendio, donde afortunadamente no se dieron muertes ni heridos de gravedad. Solo hubo que atender a una persona que se cortó en la mano con cristales. «Hubo que insistir a uno (de los residentes) para que saliera. Decía 'yo he vivido aquí toda mi vida y no me voy'. Entre varios lo consiguieron sacar», recuerda. «Vaya forma de pasar la Navidad...», lamenta.
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