Las mareas vivas no ceden y causan más inundaciones en Zorrozaurre y Erandio

El agua volvió a rebasar los límites a la altura de Zorrozaurre y del municipio de Erandio debido a las mareas vivas. Ayer se había pronosticado que el nivel más alto de la ría sería a las seis de la tarde, según el Centro de Investigación Marina (AZTI), pero por segundo día consecutivo la pleamar sorprendió a todos y provocó el desbordamiento casi una hora antes.

En el barrio bilbaíno, un tramo de aproximadamente 200 metros de la calle Ribera de Deusto cerca de la punta norte quedó anegado, impidiendo la circulación de coches y peatones. Los autobuses que suelen transitar por esta zona se vieron obligados a detenerse ante el avance del agua, ya que la empresa de transporte decidió no arriesgarse a que alguno de sus vehículos sufriera daños después de que uno de ellos se averiara la víspera al atravesar una zona inundada. Los vecinos también volvieron a tomar la única ruta disponible en estos casos: el muro que separa la carretera del cauce.

En Erandio, también estaban ayer todos más preparados que el día anterior. Más personal de Protección Civil y los agentes de la Policía Local ejecutaron el acostumbrado protocolo de emergencia en la zona del municipio considerada como «inundable». Una situación prevista a la altura de las calles Obieta, Jado y San Ignacio desde el comienzo de las obras que la Diputación de Bizkaia realiza para construir el puente que conectará las dos márgenes de la ría. Desde la mañana, los integrantes de la Coordinadora de Afectados por las Inundaciones del pasado marzo y de la Asociación de Vecinos del municipio velaban por acelerar las actuaciones de prevención, cuyo despliegue volvieron a exigir al Ayuntamiento.

Portavoces de los cuerpos de seguridad coincidían en que ayer la marea registró un comportamiento inusual: «Se reportó un pico del nivel del agua que provocó que corriera por la carretera en las cantidades habituales, remitió y luego volvió a subir, repitiendo el rebose».

Ante la reciente sucesión de desbordamientos que han azotado la localidad, los vecinos vuelven a alzar la voz para exigir a la Diputación que revise su postura y permita elevar las cotas de la ribera en toda la zona. Los afectados argumentan que los últimos sucesos han puesto de manifiesto la «vulnerabilidad» del área ante eventos climáticos extremos. En particular, destacan la importancia de que se vuelva a elevar la altura del muelle al menos 30 centímetros, que «ha demostrado ser fundamental para evitar inundaciones más graves».

Hasta ahora se mantiene un muro de contención hecho con sacos de arena a lo largo de la zona donde avanzan los trabajos. Una barrera que los residentes consideran «provisional, pero efectiva», aunque insisten en la necesidad de una solución definitiva».

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