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El buen ambiente ha sido el protagonista de la feria, junto con el marisco. Maika Salguero
El mar de Bermeo en una lata

Feria del Pescado de Bermeo 2024

El mar de Bermeo en una lata

El buen tiempo y la llegada del fin de semana animan las ventas y el ambiente en la Feria del Pescado de la villa marinera

Sábado, 18 de mayo 2024, 15:19

Bermeo huele a mar. Siempre lo ha hecho y lo sigue haciendo, con el orgullo de villa marinera y a pesar de los muchos avatares que la industria pesquera ha tenido que afrontar desde finales del siglo pasado. Hace treinta años, la localidad decidió convertir la tragedia en una fiesta y se inventó la Feria del Pescado local, la Arrain Azoka. La crisis se hizo oportunidad. El encuentro de tres días, un auténtico mercado de la conserva organizado por la agrupación Arrain Azoka Elkartea y auspiciado por El CORREO, se ha convertido en este tiempo en la romería que cierra la primavera y abre el calendario de verano. Comienzan las fiestas. Atraídos por el buen tiempo y el inconfundible sabor a aguas del norte de sus boquerones, percebes, anchoas y bonito, miles de visitantes han llenado esta mañana de sábado el parque local de La Lamera en un ambiente festivo, de camisa azul arrantzale y pañuelo de cuadros, que se prolongará hasta mañana domingo.

A mediodía Leire Sasiain atiende el puesto de Conservas Zallo, junto a varias compañeras. Ayer fue un día flojo, pero hoy, según cuenta, está compensándose el poco público de la víspera. «El buen tiempo siempre anima», cuenta. Los filetes de anchoa y las conservas de bonito del Norte son, como siempre, la estrella, pero la caseta de la conservera local, que en dos años celebrará su centenario, cada vez vende más su última innovación. Se llaman tunakitos y los hay de cuatro sabores, con salsa brava, curry, barbacoa y en piperrada, más local. «Son migas de bonito, un producto pensado en la gente joven, que se emplea para hacer bocadillos, tanto fríos como calientes», detalla la dependienta. Está siendo un éxito.

«¡Salud, Urba!»

El mediodía es una buena hora para un tentempié. Mertxe, Jose Mari, Oscar y Zaloa, una cuadrilla de amigos de unos 50 años, se han venido desde Durango para pasar la mañana. Hay público llegado prácticamente de todos los rincones de Bizkaia. Les acompañan MariCruz, Ricar y Sonia y todos comparten unos percebes en la terraza de la 'Furgo Mariscos Rue del Percebe'. Por la tarde, vuelven a casa, a celebrar la feria de abril en el Casco Viejo de Durango. De villa en villa. No paran. «Los percebes están muy ricos, pero el txakoli, cada año mejor. ¡Salud, urba!», brinda José Mari, con una complicidad que sólo ellos entienden.

«Los percebes (a 15 euros los 200 gramos) siempre han sido el producto que más salida ha tenido, pero vendemos de todo», explica Jabotxa Rodríguez, mariscador de Plentzia, «de toda la vida», que atiende el puesto. Ofrece también caracolillos a 6 euros la ración; langostinos, al mismo precio y nécoras, también a 6 euros, la unidad. Lleva diez años acudiendo a la feria bermeana. «Aquí la gente se deja dinero; hay mucha tradición de percebes, como en Bilbao, pero con una diferencia. Estos precios no los encontrarás allí, son mucho más asequibles», presume.

La costera de la anchoa no ha sido todo lo buena que cabría desear, «pero que nadie se preocupe, hay latas para todo el año», prometen

Unas casetas más allá se encuentra el puesto de Arroyabe, que tiene a gala ofrecer las auténticas conservas, las de siempre ('betiko kontsebak, bertakoak'. Las de bonito del norte son las que más salida tienen, pero son especialistas en anchoa y sacan pecho con ellas. «Este año la costera no ha sido la mejor», explica Bitor Agirre. «El producto que nos ha llegado ha sido demasiado pequeño, algo que nos dificulta mucho el trabajo; pero la gente puede estar tranquila», calma a la clientela. «Tenemos aseguradas conservas para todo el año.

Mejor sin sal

Un poco más adelante, Arantza Uruburu las ofrece «con poca sal» en el puesto de 'Gildas Urdaibai' que, claro, no sólo venden guindillas, que aquí la cosa es la conserva de pescado. Arantza es de las veteranas de la feria bermeana. «Toda la anchoa es deliciosa», explica, «pero sin sal, a partir de determinada edad, mejor, que hay que controlar la tensión», defiende el producto. Las suyas llevan la mitad de sal de la habitual. Se las quitan de las manos...

El recinto ferial no sólo son puntos de venta y txikiteo. Hay espacio para la difusión de la cultura gastronómica y marina, local y de Bizkaia. A estas horas de aperitivo, Jon Andoni Rementeria, campeón de España de sumilleres, del restaurante Remenetxe, preside una cata de txakolis vizcaínos. Ha elegido tres caldos, uno más joven, cosecha de 2023, y otros dos de 2019 y 2015, «para que se sepa que el vino típico de Euskadi no sólo es joven y blanco, sino que también hay tinto, rosado y con años de vejez». Un 'Itsasmendi', de Gernika; un 'Talleri', de Morga; y un 'Berroja', de Muxika. «Tenemos algo muy importante para la producción de vino, que es el clima...», cuenta a su audiencia. Hay feria para rato. Bermeo huele a fiesta.

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