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Estos días, Espinosa de los Monteros, en la comarca burgalesa de Las Merindades, ha visto rota su habitual tranquilidad por una serie de ataques perpetrados ... contra los bienes de varios políticos locales. Desde el viernes a la noche han sido tres los actos vandálicos efectuados contra patrimonio de cargos electos del PSOE y PP. Un vandalismo inédito en el pueblo, donde muchos vizcaínos tienen segunda residencia.
En la madrugada del domingo, varios desconocidos intentaron quemar el coche de una concejala popular, mientras que el alcalde de la pedanía de Las Machorras (un independiente que es también concejal por los socialistas en Espinosa) sufrió daños de cierta consideración en una cabaña que tiene en la montaña. Un tercer edil del PSOE, partido que cuenta con mayoría absoluta en el pleno municipal, también ha sufrido golpes en una persiana de un local y ha visto cómo la cerradura ha sido taponada con silicona. Fuentes de la Guardia Civil en Burgos confirmaron a este diario que se han interpuesto dos denuncias y que ambos casos se están investigando para determinar tanto el móvil como la autoría. Por ahora descartan dar más información. «Hay que ser cautos. Estamos trabajando en el esclarecimiento de los hechos que ya han sido puestos en conocimiento de las autoridades judiciales», apuntó un portavoz.
El ataque que pudo haber tenido unas consecuencias más graves fue el que sufrió una concejala popular. Desconocidos utilizaron líquido inflamable, unas pastilla de ignición y una mecha para intentar quemar su BMW, que estaba aparcado frente a su domicilio en la madrugada del domingo. Afortunadamente, las llamas no alcanzaron el combustible contenido en el artefacto casero y el dispositivo falló.
El alcalde pedáneo de Las Machorras y también edil por la lista de los socialistas no tuvo tanta suerte. Los agresores arrancaron parte de la cubierta de una cabaña que tiene en el monte y vertieron un líquido viscoso en su interior, causando numerosos destrozos. Además, lanzaron unas bolsas de aceite quemado contra su casa particular. «Son actos totalmente condenables», asegura el alcalde de Espinosa, Jean Paul Sánchez (PSOE). «Es lamentable que se ataque a personas que están trabajando por el bien del pueblo. Que seamos noticia por esto... Este es un sitio tranquilo y fabuloso para vivir y descansar. Viene mucha gente de Bizkaia. Yo mismo tengo familia directa en Bilbao. No queremos que se genere un ruido e inquietud que no representa la realidad, porque ha sido algo puntual».
La pregunta que subyace ahora es ¿por qué? «Mi trabajo no es especular ni ser policía. No sabría decirte lo que hay detrás», dice con prudencia el regidor. Pero es evidente que existe algún detonante para que alguien emedrente así a los líderes locales. El conflicto más notorio que ahora mismo hay abierto en la localidad tiene que ver con la gestión de la residencia de la tercera edad. Una decena de trabajadoras denunció graves deficiencias por una supuesta falta de personal. El Ayuntamiento le dedicó el mes pasado un pleno monográfico a este asunto, después de que algún familiar también expresara su malestar.
Los ataques en Espinosa tienen un precedente cercano tanto en el tiempo como en el mapa. En agosto, Loren Castresana, natural de Barakaldo, alcalde pedáneo de El Ribero (a 10 kilómetros) y también edil en la Merindad de Montija, denunció ante la Guardia Civil el ataque a los frutales de su finca y el uso de un decapante contra su coche. El edil había saltado a los medios de comunicación por haber acusado al regidor de irregularidades al cobrar dinero de dos instituciones, además de su pensión de jubilación. Estos hechos aún no han sido aclarados.
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