Gaztelugatxe es ya el segundo icono turístico tras el Guggenheim con 600.000 visitantes

Las cifras hablan por sí solas. Según los datos que maneja la Diputación, en el período comprendido entre 2014 y 2016, la media de visitantes al islote era de unos 30.000, recibidos básicamente en los meses de julio y agosto. Cinco años después ya se puede hablar de 600.000 distribuidos a lo largo de 2018 –404.133 de enero a agosto–. Veinte veces más de lo habitual, un fenómeno que se explica por causas ajenas. Así lo defiende el apoderado de las Juntas Generales Arturo Aldecoa, que sin menospreciar el valor natural de la zona aboga por admitir el poder de la producción de la cadena HBO para que la institución foral estudie, como aprobó el Parlamento vizcaíno a finales de 2017, cómo poner en valor los escenarios en los que se rodó 'Juego de Tronos'. «Hay que ver cómo se ha gestionado el éxito en otros lugares», en Croacia, Malta o Sevilla, «y aprender de los errores», reflexiona.

«A veces en la vida hay suerte y hay que saber aprovecharla», advierte Aldecoa, convencido de que el tirón de Gaztelugatxe se mantendrá en el tiempo: «Por el reciente estreno de la última temporada y con las precuelas que ya se preparan, en las que es más que probable que vuelva a aparecer Rocadragón».

Mientras, la popularidad del peñón ha crecido como la espuma, tanto que ya se ha convertido en el segundo icono del territorio por número de visitantes. Sólo superado por el Museo Guggenheim, el buque insignia del turismo en Bizkaia. Los últimos datos, correspondientes al ejercicio de 2018, reflejan que la presencia de los vascos en el islote sigue una tendencia a la baja: del 33,5% del total que suponía en 2017 al 11,5% un año después.

Sin embargo, los turistas de fuera del territorio siguen ganando peso, con un 62,20% procedente de otras comunidades autónomas –el dato anterior era del 41,5% – y un 26.30% de extranjeros –frente al 18,4%–, llegados desde 65 países.

Los responsables forales mantienen que Gaztelugatxe aún es ajeno a los agobios y confían en que la situación no cambie. Los sistemas de control de entrada que la Diputación puso en marcha al inicio de la última temporada veraniega han propiciado un flujo escalonado de turistas, que sólo en 17 jornadas superó la máxima de 4.000 considerada aceptable para garantizar la conservación óptima del enclave. El mayo pico se registró el 15 de agosto, cuando se contabilizaron 6.159 personas en una sola jornada.

Los tres aforadores de personas instalados en los accesos al peñón, dos en cada una de las entradas y otro en la base de la escalera que conduce a la ermita, tendrán trabajo en los próximos días. Habrá que ver si San Juan vuelve a pulverizar su propio récord.