Los estragos de la obesidad mórbida: «Lo único que quiero es volver a caminar»
José Miguel, enfermo de obesidad mórbida y elefantiasis, necesitó ser rescatado por los Bomberos de su casa en Gallarta para conseguir trasladarle al hospital
José Miguel Ayo tiene 36 años y pesa 192 kilos. Además de obesidad mórbida, padece elefantiasis, una enfermedad provocada por un germen que hace ... que sus extremidades inferiores crezcan de manera desproporcionada. El pasado viernes, una dotación de los Bomberos de la Diputación vizcaína del parque de Urioste tuvo que sacarle por la terraza de su casa, en el barrio Las Calizas, una zona rural y aislada del núcleo urbano de Gallarta, para que fuera trasladado al hospital de Cruces, donde sigue ingresado. Le intervinieron «a vida o muerte» por una infección «provocada por la suciedad y el polvo de la casa» que le afectaba especialmente a la espalda, según le han indicado los médicos.
Ha permanecido una semana en la UVI. Ya en planta y con un pronóstico difícil de asumir ya que le han advertido que se quedará «inválido», a José Miguel sólo le queda soñar. «Lo único que quiero es volver a andar y poder hacer mi vida».
- ¿Qué tal está, José Miguel?
- Para el desguace.
Como cada día, la fisioterapeuta acaba de pasar por su habitación para realizar unos sencillos ejercicios que para él suponen un verdadero suplicio. Sus aullidos de dolor se escuchan desde el pasillo. «Siento como las contracciones de las mujeres cuando van a parir», compara. En el tiempo que lleva en el hospital ha conseguido mover ligeramente un pie, lo que le llena de esperanza de cara a la rehabilitación. Su hermana, Nieves, intenta insuflarle ánimos, aunque él llora cuando piensa en su futuro. «No quiero verme en una silla de ruedas. Me da miedo quedarme así», dice frente al que considera el peor mal que le acecha.
Sin ninguna ayuda social
José Miguel no recibe ningún tipo de ayuda social, pese a estar claramente incapacitado para realizar una vida normal o trabajar. «Como vivo con mi hermano y mi padre y él tiene una pensión de jubilación de mil euros, no me la conceden», afirma en referencia a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que ha solicitado.
«Hace ocho años murió mi madre y perdí el espíritu y las ganas. Al año siguiente me contagié de la bacteria que me causó la elefantiasis», repasa. Aunque parezca imposible, hasta hace menos de un mes José Miguel todavía podía «andar y conducir», aunque con serias dificultades y dolores. Sin embargo, ya no podía agacharse y llevaba meses sin poder asearse las piernas y los pies. Fue albañil y en los últimos tiempos se ha dedicado a transportar con su furgoneta patatas que vendía un amigo. «Tengo obesidad, pero me movía», insiste. Sabe que tiene que perder peso y «bajé ocho kilos en un mes», se enorgullece.
Un día llegó a casa cansado del esfuerzo y ya no pudo levantarse de la cama. «Me quedé inmóvil de cintura para abajo». «Llama a un médico. Hay que ir a Urgencias», le pidió a su padre. En cuanto le vio, el facultativo le derivó a un hospital de inmediato. Los dos sanitarios de una ambulancia que acudieron para trasladarle no podían con sus 190 kilos y pidieron ayuda a los Bomberos forales. En un primer momento, entre varios bomberos le alzaron a pulso con la ayuda de una sábana. Sin embargo, las escaleras empinadas de la vivienda unifamiliar de dos alturas impedían que pudieran pasar, por lo que optaron por extraerle desde la terraza con la autoescala. De Cruces tuvo que ser evacuado a Galdakao porque «no cabía en el escáner». Las pruebas le detectaron «una bolsa de pus en la espina dorsal y había que operar de urgencia. Estuvo seis horas en el quirófano», recuerda su hermana, Nieves.
¿Qué va a pasar ahora cuando reciba el alta? «Tendrá que volver a casa y no está adaptada», lamenta la mujer, que vive en otra localidad vizcaína y acude a diario al hospital. Nieves se ha propuesto llamar a todas las puertas en busca de ayuda.
EN SU CONTEXTO
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192 José Miguel sufre obesidad mórbida (192 kilos) al superar en más de un 50% ó 45 kilos su peso corporal ideal. Un valor superior a 39 en el Índice de Masa Corporal es un indicativo de esta dolencia. Además de disminuir la expectativa de vida, causa discapacidad, minusvalía y problemas de exclusión social.
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Elefantiasis Es un síndrome caracterizado por el aumento de algunas partes del cuerpo, especialmente de las extremidades inferiores, que llegan a parecerse a las de un elefante. Puede producirse por diversas enfermedades que obstruyen el sistema linfático, lo cual produce un agrandamiento progresivo de extremidades, que se acompaña de aspereza, arrugas y fisuras de la piel y el tejido subcutáneo.
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