Una batalla campal 'organizada' contra la Ertzaintza en un macrobotellón en Elorrio se salda con seis detenidos
Varias llamadas de vecinos alertaron a los servicios de emergencia que los individuos congregados, algunos con pasamontañas, estaban acumulando botellas, piedras y petardos para lanzárselos a los agentes que acudieran a disolver la concentración. Durante su huida, cruzaron y quemaron contenedores por el casco urbano del municipio
Nueva noche de incidentes en Euskadi y de graves altercados en Elorrio. La Ertzaintza ha detenido a seis personas esta pasada madrugada por desórdenes públicos ... en esta localidad del duranguesado que está en plenas 'no fiestas'. Al parecer, participaban en un macrobotellón que ha reunido a más de 400 almas en la zona de Betzaide y que ha puesto en jaque a los vecinos.
Los servicios de emergencia recibieron varias llamadas de residentes sobre las tres de la mañana que alertaban de que un gran número de individuos se encontraba en este entorno bebiendo y «recogiendo piedras y botellas», informa el departamento de Seguridad del Gobierno vasco. Una patrulla de paisano se acercó para observar lo que estaba ocurriendo y constataron que la multitud se estaba 'organizando' para iniciar una batalla campal.
Ante esto, se recurrió a la Brigada Móvil y a varias patrullas de seguridad ciudadana, que entraron en la zona para disolver la aglomeración. En ese momento, los jóvenes, alguno de ellos ataviados con pasamontañas, les recibieron con lanzamiento de objetos: piedras, botellas e, incluso, petardos. Durante la intervención, varios participantes huyeron del lugar por calles aledañas y cruzaron contenedores para evitar que los agentes les alcanzaran. También incendiaron algunos para entorpecer la labor de los agentes y convertir el casco urbano en una ratonera.
Al final, los Cuerpos de Seguridad consiguieron disolver el macrobotellón y detuvieron a a seis personas, que tienen edades comprendidas entre los 18 y los 28 años. Los arrestados han sido trasladados a dependencias policiales y en las próximas horas serán puestos a disposición judicial, informa el Gobierno vasco.
En alerta en Plentzia y Lekeitio
También anoche los agentes se vieron obligados a intervenir en Plentzia, que esta semana celebraría en condiciones normales los 'sanantolines'. En la zona del puerto se juntó medio millar de chavales para beber hasta que tres patrullas de la Ertzaintza y dos de la Policía Municipal disolvieron la concentración sobre las 02:30 horas.
No se han producido incidentes, como tampoco ocurrió ayer, aunque se practicó una detención. El blindaje de seguridad que se ha hecho para evitar problemas de orden público está funcionando después de que el miércoles se produjera una auténtica batalla campal en diferentes puntos del pueblo y que sigue la estela de violencia que soportan los vecinos de este municipio y de Gorliz desde hace meses.
Blindada también está Lekeitio este fin de semana para evitar las aglomeraciones por el Día de Gansos, que tiene lugar mañana. En este caso, se ha restringido al mínimo posible el transporte público para evitar que se reúna gente en el municipio y también se han cerrado los accesos a visitantes. Esta tarde se establecerán los controles policiales para ello.
En redes sociales, el Consistorio ha advertido así que solo podrán acceder a la localidad aquellos vehículos en los que viajen personas que en su DNI tengan su domicilio en Lekeitio, así como aquellas personas que acrediten la necesidad de acceder al municipio. El objetivo es que no se produzcan quedadas y botellones, como está ocurriendo en el resto de Euskadi, durante la próxima noche.
Un paso más en un fenómeno creciente
El Gobierno de Urkullu está preocupado por esta violencia de los jóvenes vascos que se ha recrudecido este verano, aunque lleva meses instalada. El pasado miércoles, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el lehendakari pidió respeto a la autoridad para frenar un fenómeno creciente. Urkullu lo enmarcó, además, en una crisis de «valores» de la sociedad. Durante la intervención, en la que se mostró muy serio y reflexivo, puso el foco en el entorno educativo y familiar, como responsables últimos de reconducir a esa parte de la juventud hacia el «sacrificio», la «responsabilidad», el «esfuerzo», el «compromiso» y el «respeto a la autoridad», sean policías que «velan por la salud pública y persiguen delitos», padres o profesores a los que se ha convertido en norma «desautorizar».
El jefe del Ejecutivo abordó un debate que lleva semanas en la calle y puso el dedo en la llaga en una situación que tiene a la Ertzaintza en máxima alerta. Algunos agentes aseguran, además, que este tipo reacciones al ir a disolver botellones les hace sentir «miedo». «Los jóvenes se muestran muy agresivos y se creen impunes», aseguraban a este periódico hace unos días. Y hasta ahora, lo que se habían encontrado era grupos de jóvenes que se enfrentaban a ellos al verlos llegar. Sin embargo, lo ocurrido en Elorrio supone un paso más: grupos que se organizan para atacar cuando lleguen los agentes.
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