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La música inunda la plaza de Santa Ana de Durango a las nueve de la noche mientras el juego de luces comienza y traslada al público más de 2.000 años atrás hasta Jerusalén. Pequeños, jóvenes y mayores de todas las edades forman parte de los más de 120 personajes ataviados con ropa de otra época, charlan, sonríen y miran al público en el ensayo general y lo volverán a hacer hoy, mañana y el viernes en la representación de la Pasión Viviente de Jesús, en su 30 aniversario. Ayer fue el ensayo general, cubierto por EL CORREO.
Todos ellos trabajan para plasmar los últimos momentos de Jesucristo, desde su entrada a la capital hebrea hasta la crucifixión y resurrección, rodeados de una escenografía más moderna que facilitará el montaje en el que los tablones que adornaban la calle del río han sido cambiados por algo más moderno, liviano y actual y ofrece una experiencia visual única.
Se quedan paralizados para escuchar a Jesús, su mesías, interpretado por Markel Ganboa, que no concibe la Semana Santa en Durango sin la Pasión. Su aplomo y tranquilidad para ejercer el papel es digno de destacar. «Dos de las escenas más alucinantes son la última cena con los doce apóstoles y la conexión emocional que tengo con María al final de la obra», subraya. Precisamente, por segundo año consecutivo, la vecina Izaskun Astondoa hace de la Virgen. «El sentimiento es lo más complicado del papel, yo soy muy llorona y enseguida me salen las emociones. Conozco a Markel desde pequeño y transmitimos mucha ternura entre los dos», confiesa.
A diferencia de otras representaciones, no es una pasión viviente ni un vía crucis al uso. «Es una obra teatral donde se puede ver a vecinos del pueblo, personas aficionadas al teatro, interpretando los papeles de esta histórica narración», detallan desde la organización. Una duranguesa que vio ayer la obra destacó el gran trabajo de los personajes. «Es una labor encomiable y me maravilló la madre de Jesús, quedé alucinada con lo bien que lo hace, impacta», detallaba a EL CORREO.
Las lágrimas de la Virgen María
Entre escenas, el viaje continúa con el deseo de Caifás, a quien da vida Aitor San Antón de manera brillante, de condenar a muerte a Jesús por blasfemo al denominarse a sí mismo como 'el Mesías'. Junto a Caifás, también se encuentra Ananías, interpretado por Sergio Royuela. Y qué decir de la nueva figura de Pedro encarnada por el monólogo apasionado de Diego Souchar. Otro de los más impactantes es la traición de Judas gracias a la figura de Markos Echarte, el director en los últimos tres años. «Representa la avaricia y el egoísmo y eligió que el dinero era más importante que la amistad que tenía hacía Jesús», confiesa. Su monólogo en la plaza pone el vello de punta a los allí presentes. Los pasos de Jesús son lentos, descompasados, mientras Caifás ordena llevarlo ante Poncio Pilato, interpretado por Fernan Atutxa para que redacte su sentencia de muerte. Herodes, al que da vida el joven Mikel López, le entrega la túnica morada a Jesús.
La crucifixión y la resurrección ponen fin a una interpretación magistral, que se lleva la ovación del público. Un espectáculo, organizado por la asociación cultural Juan de Iciar, que hay que ver una vez en la vida. Todos aquellos que deseen asegurar su asistencia, pueden comprar las entradas a seis euros en la página web oficial de la celebración (www.durangokopasinoa.com), así como en el bar El Arco y a través del número de teléfono 663 40 25 25.
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