El único ciclista albanés

En Rrogozhine, un pueblo albanés cercano a Tirana, ser un niño de dos años en 1992 y recibir como regalo una bicicleta era un «milagro». Así lo recuerda Eugert Zhupa, el único ciclista profesional nacido en Albania y uno de los cinco escapados en la etapa del hoy del Giro. Para no olvidar algo que te ha pasado a los dos años tiene que dejar una marca muy profunda en la memoria. Zhupa tiene grabada aquella aparición. «Todos me miraban. Yo tenía una bici. Ahí se despertó mi pasión por el ciclismo, un deporte que casi no existe en Albania», cuenta.

La emigración es, a menudo, consecuencia de una desgracia. La pobreza fue el motor que llevó a los padres de Zhupa hasta Italia, a Reggio Emilia. «Tuvimos que partir de cero». Aún era un crío, apenas seis años. Pero no viajó solo. Llevaba la llave para su futuro: una bicicleta. La nececidad de su familia fue su «suerte». «Al crecer en Italia pude ser ciclista». Aunque no basta una bici para hacer un corredor. Zhupa descubrió su talento en una apuesta: le retaron a subir una cuesta en un tiempo determinado. Lo hizo. Ese primer paso le llevó en 2014 a ser profesional, el pionero albanés. Descubrió las clásicas belgas, el pavés. Se sintió en su sitio. «Me gustan las carreras difíciles». Normal al venir de tan lejos. Ahora disfruta de su segundo Giro. «De niño soñaba con correrlo alguna vez». En Italia es un dorsal más; en Albania es un ídolo. Zhupa ha abierto en ese país la ventana por la que se ve el ciclismo.