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Portada del disco 'The Dance', de Fleetwood Mac.

Los demonios internos de Fleetwood Mac

Una lujosa edición repasa todo el proceso creativo de 'Tusk' (1979), disco magistral que la banda de origen británico lanzó antes de despeñarse en un abismo de autodestrucción

Miguel Pérez

Sábado, 12 de diciembre 2015, 01:23

Las turbulencias no siempre son malas. En ocasiones producen genialidades como 'Tusk', disco firmado en 1979 por una de las familias más desestructuradas del mundo del rock: Fleetwood Mac. El álbum se acaba de reeditar ahora en una colección de máximo lujo, a la altura de una de las bandas contemporáneas más interesantes, intensas y populares que, por cierto, se prepara para vivir una segunda juventud con disco y gira incluidos. Frente al doble LP original, los nuevos lanzamientos se ponen en circulación en formatos de triple y quíntuple cedés. Este último es, lógicamente, el más atractivo e incluye versiones alternativas, demos y 24 canciones grabadas durante el 'Tusk Tour' a su paso por St. Louis, Omaha o el estadio de Wembley, entre otros escenarios.

A pesar del componente mercadoténico que suelen incluir este tipo de reediciones, el digi-pack de lujo permite seguir paso a paso todo el proceso de creación de 'Tusk', desde las primeras maquetas escuchadas en casa de Lindsey Buckingham hasta las alternativas grabadas en estudio. Un proceso que duró dos años y se realizó bajo la presión cosechada por su anterior trabajo, 'Rumours' (1977), que se ha convertido en el segundo disco más vendido de la historia por detrás del 'Thriller' de Michael Jackson. A 'Task' pertenecen algunos de los éxitos más populares de la banda fundada en 1967 en Londres, como 'Sara', 'Think About Me', 'Never Forget' o 'Brown Eyes', que originalmente contó con Peter Green uno de los pioneros del grupo ofreciendo apoyo en las guitarras.

El disco, por otra parte, completó el tránsito de Fleetwood Mac hacia un sonido plenamente personal, como si el blues británico de sus orígenes se hubiera convertido en una esponja y absorbido influencias procedentes del soft rock, el punk rock, el pop e incluso la new wave. También supuso el umbral hacia un tránsito mucho más peligroso: el de la cristalización de múltiples altibajos, conflictos internos y adicciones varias que años más tarde llevaron a la disolución a una banda excesiva en todos sus ángulos. Eso sí, convertida en símbolo elegante de los elementos de autodestrucción vigentes en el rock de los 60's y los 70's.

Los ejemplos abundan. Aunque la formación más estable y conocida la componen Lindsey Buckingham, Stevie Nicks, Christine McVie, su expareja John McVie y Mick Fleetwood, por Fleetwood Mac han pasado otra media docena de músicos. Peter Green, fundador, lo dejó debido a los trastornos causados por el ácido, Bob Welch se suicidó y Bob Weston fue despedido después de que Mick Fleetwood descubriera que mantenía una relación sentimental con su mujer. Weston murió a los 64 años en su casa a causa de una hemorragia. Padecía cirrosis. Curiosa fue también la marcha de Jeremy Spencer, guitarrista y cofundador del grupo. Durante una gira en 1971 desapareció misteriosamente y sin decir ni palabra a sus compañeros del hotel donde se alojaban. Después de buscarle afanosamente, éstos descubrieron que se había marchado de repente para ingresar en una secta religiosa, con cuyos seguidores inició más tarde su carrera como músico solista. Hoy está inscrito en el Salón de la Fama. Por fortuna, como miembro de los Fleetwood Mac.

Todo ello no es, en cualquier caso, más que una pequeña muestra de la esquizofrenia que caracterizó el devenir del grupo. De ahí que hoy resulte toda una incógnita saber si los planes anunciados por los cinco miembros estables de la banda de grabar un disco con material nuevo y volver a girar terminará en buen puerto o acabará naufragando entre los rescoldos de antiguas riñas.

Lo único que permanece claro es que todos ellos siguen siendo, a día de hoy, músicos extraordinariamente sólidos y creativos que conservan sus facultades artísticas de una forma sorprendente, a pesar de que Buckingham necesite poner sus manos en hielo antes de los conciertos para poder ejecutar sus huracanes guitarreros. Visto desde ciertos ángulos podría decirse que es un mal menor si, según se cuenta, es cierto que llegó a esnifar la suficiente cocaína como para formar una línea continua de diez kilómetros.

Analizado de esta manera, los Fleetwood Mac que ahora vuelven con la serenidad de los años son un grupo de supervivientes. Stevie Nicks superó también sus propias adicciones los rumores apuntan que gastó supuestamente hasta un millón de dolares en cocaína y un error médico que le llevó al borde de la muerte por una prescripción equivocada. John McVie venció en 2014 al cáncer y su ex, Christine McVie, se ha superpuesto al miedo a volar, una de las razones por las que llevaba tres lustros retirada en su casa británica. Mick Fleetwood es, posiblemente, el mejor tratado por la vida de todos ellos, si se deja aparte el terreno sentimental. Ha desarrollado una prestigiosa carrera como solista, hecho incursiones en el cine y la televisión (entre ellas, la serie 'Star Trek'), posee un viñedo y ofrece una imagen de caballero inglés muy alejada de aquel joven que, de vez en cuando, tocaba la batería con un consolador. Y de modo magistral.

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