La conexión de la mafia albanesa con los polizones de Bilbao
El Puerto blinda su red de alcantarillado para atajar los intentos de intrusión con marea baja que se venían registrando
¿Quiénes son los polizones albaneses que buscan una oportunidad para colarse en el Puerto? ¿Qué les mueve a venir a Bilbao? ¿Qué les espera ... en Reino Unido? La primera clave para responder a esas preguntas tiene que ver con su perfil. Son todos varones, de entre 16 y 35 años y provienen de tres provincias contiguas situadas en el norte de Albania. Un territorio relativamente pequeño, donde muchos mantienen lazos familiares y de amistad. Cuando llegan a Santurtzi se mantienen juntos en unos pequeños campamentos improvisados con tiendas en las laderas cercanas. Hace años a plena vista y ahora algo más ocultos pero sin alejarse de los muelles, su gran objetivo. No es raro que se les vea en las calles de la localidad marinera, donde levantan las arquetas para cargar los móviles.
Fuentes policiales estiman que no son más de un centenar, aunque el número de intrusiones se mide por miles desde 2017. Su proliferación se ha vinculado siempre al cierre del puerto francés de Calais a principios de 2016, lugar histórico para el salto a Reino Unido. En 2016 hubo 433 intrusiones en el de Bilbao y el año siguiente se disparó a 7.479. La cifra no es representativa del grupo, ya que la misma persona puede ser detectada cinco y seis veces en la misma noche. La construcción de un muro de cuatro metros de altura en el perímetro de los diques del ferry rebajó la cifra de asaltos a la mitad (4.720) durante el año 2018. En los primeros ocho meses se han detectado 1.353 intentos.
Una portavoz de la Autoridad Portuaria reconocía esta semana que están barajando nuevas medidas de seguridad «dentro de nuestras competencias» para evitar la entrada ilegal en «una infraestructura crítica». Guardia Civil y Policía Nacional han ido adaptando sus sistemas de control, con escáneres, perros e incluso minúsculos detectores de anhídrido carbónico que les permiten saber si alguien respira dentro sin desprecintar el contenedor. Una de las prácticas más peligrosas, detectada hace unos meses, es la de utilizar las alcantarillas para acercarse a los barcos aprovechando la bajamar. Las salidas de algunas tuberías de desagüe quedan entonces a la altura perfecta, pero son varios los que han tenido que ser rescatados después de poner su vida en peligro. La Autoridad Portuaria confirmó ayer que han blindado ya todos los accesos «por el subsuelo».
Los polizones albaneses no son unos migrantes al uso, como los magrebíes que llegan a las costas andaluzas o los migrantes subsaharianos que cruzan la Península huyendo de la guerra o la miseria. Albania es un país políticamente inestable pero que no vive un conflicto abierto, no está en guerra. Los organismos internacionales lo consideran un estado seguro. A comienzos de verano el tabloide alemán Bild hizo públicas unas grabaciones que delataban la connivencia entre el partido en el poder con los clanes de la droga en la región de Durres, cuyo puerto es considerado el epicentro del tráfico de sustancias estupefacientes. Poco antes el ministro del Interior albanés se vio obligado a dimitir después de que su hermano fuera condenado en Italia a siete años de cárcel por tráfico de drogas.
El informe anual de la National Strategic Assesment of Serious and Organised Crime, un prestigioso organismo independiente, deja claro que en 2017 la mafia albanesa logró desplazar a la turca y se hizo con el control de la cocaína en Reino Unido. Los nuevos reyes del mercado no eran precisamente discretos. Olsi Beheluli se fotografió con fajos que sumaban 240.000 dólares y subió la imagen a sus redes sociales. Acabó en prisión, al igual que otros compañeros de juerga y negocios que mostraban la droga en imágenes que publicaron los tabloides británicos. En algunas de aquellas crónicas -desde The Sun al The Daily Telegraph- se señalaba a Bilbao como su última parada antes de pisar suelo británico. La droga seguía otras rutas -se cree que viaja de Sudamérica hacia Bélgica y Holanda-. La BBC envió reporteros a la capital vizcaína y entrevistó a responsables policiales sobre perfiles sospechosos.
Negocios de blanqueo
Naturalmente, los capos de la droga no son polizones. El año pasado, la Policía Nacional detuvo en el aeropuerto de Loiu a 80 personas, todas de origen albanés, todas con destino a Reino Unido, todos con documentación falsa. Los investigadores creen que esos papeles falsificados provienen del mercado griego. En el listado de uno de los vuelos 'calientes' se identificó a cinco albaneses como sospechosos. Tres de ellos fueron detenidos y los otros dos detectaron el revuelo y huyeron. Dos días después fueron arrestados en otro vuelo a Londres.
Entonces, ¿qué papel juegan los polizones del puerto? «La mayoría quiere trabajar en los cientos de negocios que ha abierto la mafia albanesa en Londres para blanquear sus ingresos», desvela una fuente de toda solvencia. Ponen pizzas, lavan ropa y sirven cervezas con salarios más altos de lo habitual a cambio de una confidencialidad extrema sobre las cuentas del negocio. Es 'El Dorado' albanés, un atractivo horizonte que se alza justo encima de Bilbao.
Al detalle
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Aporrear un camión al repostar en Altube No todos aciertan en su asalto al contenedor. Uno de los albaneses acabó el año pasado en Noruega tras colarse en el barco equivocado. Otro confundió la hilera de los containers listos para embarcar con los ya descargados. Tuvo que aporrear el camión hasta que el conductor se dio cuenta de su presencia cuando se detuvo a repostar en el alto de Altube.
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Oculto en el interior de un aerogenerador Los 21 polizones albaneses detectados dentro de un mercante de bandera holandesa en la región británica de Norfolk viajaron desde Bilbao escondidos en el interior de un gigantesco molino de viento. La práctica más peligrosa es colarse por las alcantarillas aprovechando la bajamar. Varios tuvieron que ser rescatados. La Autoridad Portuaria ha precintado el subsuelo.
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Orden de no parar una hora antes de llegar Entre las medidas de seguridad que han comenzado a poner en práctica los transportistas de mercancías está la de no parar cerca del Puerto. Algunas empresas les han dado órdenes de que no se detengan desde una hora antes de llegar a Bilbao. La Policía había detectado que los polizones se apostaban en las áreas de servicio próximas para colarse en los camiones.
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Perros y detector de anhídrido carbónico Además de perros y escáners, la Policía trabaja con un pequeño detector de anhídrido carbónico que les permite saber si alguien respira dentro del contenedor sin desprecintarlo. Poco después de ponerlo en marcha detectaron a varios albaneses provistos de mascarilla y un tubo que les permitía respirar por la rendija superior. Ahora se revisa también esa parte.
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La factura de tener polizones a bordo No son baratos los polizones para la empresa del barco. A la multa de Reino Unido -unos dos mil euros-, hay que sumar los gastos de repatriación y la pérdida del contenedor, que una vez desprecintado no se puede vender. Preocupa la fuga de empresas aunque el puerto más cercano, Santander, experimenta los mismos problemas ya que está en plena ciudad.
La clave
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1.353 intrusiones se detectaron en el Puerto en los primeros ocho meses del año. No es representativo del número de polizones, que ronda el centenar. Lo intentan varias veces, alguno hasta cinco en un día.
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