Bilbao quiere alejar los coches de los colegios para garantizar un acceso seguro y limpio

Retirar el tráfico en este segmento de la vía pública no plantea grandes problemas porque hay alternativas circulatorias. Lo mismo que el tramo de Manuel Allende entre General Eguía y la calle Autonomía, frente al CEIP Indautxuko Eskola, otra zona que se va a peatonalizar también antes de que arranque el próximo curso, según han confirmado a este periódico fuentes municipales. Y se está estudiando además qué hacer frente al colegio Cervantes, en el tramo de Lersundi entre Alameda Rekalde y Heros, aunque da la impresión de que aquí la solución no va a ser tan sencilla, entre otras cosas, por la proximidad del museo Guggenheim y lo que implica para el tráfico.

El debate ha surgido a raíz de una iniciativa de EH Bildu en la que reclamaba poner en marcha un servicio de auxiliares de movilidad en los colegios para el año que viene vinculado a el programa Caminos Escolares. La concejala Alba Fatuarte ha defendido la necesidad de contar con personal especialmente encargado de cortar ciertas calles en los momentos de entrada y salida a los centros educativos. «El Ayuntamiento debe asumir esta tarea, y creemos que la figura de los auxiliares de movilidad es necesaria», una figura que la formación soberanista bautizaría como 'Bidelagunak'.

Para Carlos García, del PP, la labor es de relevancia suficiente como para que sea la Policía Municipal quien se ocupe de este asunto. Además, ha pedido que se tengan en cuenta las necesidades no sólo de los centros públicos, sino también de los concertados. Por su parte, Ana Viñals, de Elkarrekin Podemos, querría que el Consistorio actuase con previsión, con un plan, porque si algo nos ha enseñado la pandemia es que hay que estar preparados para cualquier cosa.

En este sentido, Alfonso Gil ha destacado que cada colegio es diferente y se están pensando soluciones particularizadas que estén funcionando ya para el curso que viene, con lo cual deberán ser adoptadas durante el verano. Una de ellas será esa que él mismo ha adelantado: peatonalizar el tramo de Fernández del Campo entre Alameda Rekalde y General Concha. «Habrá cambios estructurales para que los entornos de los colegios sean totalmente seguros», ha avanzado, dejando claro que el asunto va a ir más allá. Se trata de algo complejo porque también hay que garantizar el acceso a garajes, analizar las implicaciones en el tráfico y el servicio a las actividades económicas del lugar. Todo esto se está estudiando ahora y para el arranque de curso habrá más medidas en otros puntos de la ciudad.

En cuanto a la petición de EH Bildu sobre auxiliares de movilidad, no ha sido apoyada por el equipo de gobierno, que sacó adelante una iniciativa en la que se compromete a llevar a cabo un proyecto piloto en el seno del programa Caminos Escolares para analizar las entradas y salidas en un centro concreto.

El pleno del jueves ha sido significativo porque ha sido el último del curso antes de las vacaciones del verano pero, sobre todo, porque ha sido el de la reaparición del alcalde tras su operación por un tumor en el duodeno. Juan Mari Aburto se ha estrenado con ciertas tiranteces con el concejal del PP, Carlos García, que ha criticado las políticas de fomento del euskera al considerarlas una «imposición» que lo que hace es generar «rechazo» hacia la lengua. Aburto la ha replicado que el euskera es «un tesoro de todos». «No hagamos guerra con el euskera», ha pedido.