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Los ladrones de cobre traen de cabeza a las comunidades de vecinos de Bizkaia, cansadas de que los amigos de lo ajeno entren en sus ... edificios en busca de metales que poder vender. De desvalijar el alumbrado público –algo más habitual– a hurtar pomos, cables, adornos e incluso lámparas que arrancan sin piedad de los techos. «Es un fenómeno que cada vez va a más. Parece imparable por la respuesta de la administración pública. Al poco de cogerlos están en la calle», cuenta Pablo Abascal, presidente del Colegio de Administradores de Fincas.
La subida del precio del cobre –su valor en el mercado internacional alcanza los 10.000 dólares por tonelada– es lo que lo ha convertido en un material muy preciado y lo que ha reactivado el interés de los delincuentes. Lo último es el robo de tuberías de gas y agua. Los ladrones arramplaron hasta en tres ocasiones a finales del pasado año con el conducto general del agua de la comunidad de vecinos del número 6 de la calle Zabalgana, en Barakaldo. «Llegaban por la noche y las cortaban. Los vecinos estaban desesperados porque se estaban ensañando», cuenta la administradora del edificio,Eva Guerrero. Como remedio, los residentes optaron por colocar una reja que impidiera el acceso al tubo, aunque el daño ya estaba hecho. Cada reparo supuso un desembolso de cerca de 2.000 euros.
Vizcaínos con segundas residencias en Castro también han sido víctimas de los ladrones de cobre. Según ha detallado una afectada a este periódico, los cacos se llevaron dos metros de la tubería de gas aprovechando su ausencia. Al llegar al municipio cántabro el pasado lunes se percató de que no tenía agua caliente. Fue el técnico de mantenimiento quien, después de revisar los conductos, le advirtió de que la tubería había desaparecido. Solo le habían robado a ella. Incrédula ante la situación, acudió a la Guardia Civil para denunciarlo. «Entraron en el cuarto de contadores y creo que al ver que el consumo era mínimo, decidieron quitármela a mí y no al resto», se explica. Aunque espera que el seguro que tiene contratado lo cubra, la reparación tiene un coste superior a 250 euros. «Justo cuando el fontanero estaba mirándolo, recibió una llamada de otro vecino al que también le habían robado», dice.
Aunque Abascal sostiene que por el momento, el hurto de tuberías de gas «no es algo habitual en Bizkaia», sí se han dado casos. En 2022, vecinos del barrio bilbaíno de San Francisco denunciaron la sustracción de tubos de gas en dos portales diferentes. Asimismo, la Ertzaintza investiga varios robos en Getxo. Residentes de la calle Udaberri y Elkano denunciaron que intrusos habían «arrancado» parte de los conductos de gas. El saqueo provocó una fuga y obligó a movilizar a los bomberos. También en Berango varios afectados contactaron con la Policía vasca tras detectar que alguien se había llevado «15 metros de tubo». Los servicios de emergencia tuvieron que cortar el suministro.
Los edificios en construcción tampoco se libran. El presidente de la agrupación de fincas sostiene que es precisamente en las obras donde más hurtos se producen. ¿Y qué hacer en caso de sufrir un robo de estas características? Abascal sostiene que el procedimiento es denunciar para que, depende de la póliza que tenga contratada la comunidad, se haga cargo el seguro.
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