Tofas 102-93 Bilbao Basket

La épica lleva al Bilbao Basket a semifinales

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Decía Jaume Ponsarnau en la previa del partido que el equipo estaría «preparado» para cualquier tipo de contingencia surgida en el parqué y las gradas del Tofas Spor Salonu de Bursa, una pequeña leonera bastante discreta de gente en la que el baloncesto entra en otra dimensión debido al criterio arbitral. Es igual de cambiante como el valor de las criptomonedas, imposible de descifrar en toda su magnitud e hiriente hasta el dolor. Los hombres de negro eran conscientes de todo ello y saltaron a la cancha dispuestos a pelear por el partido con uñas y dientes y usar la renta de los 12 puntos como un recurso de urgencia, sin los de nuevo descartados Kullamae y Gielo, un colchón en el que caerse y amortiguar el golpe en caso de que la eliminatoria se torciera y amenazara con colapsar. Y cuando lo hizo, con un menos 19 en el último cuarto (85-66), el Surne firmó un heroico ejercicio de resistencia para obrar el milagro.

Poco más de 13 minutos duró la ventaja a los hombres de negro. Empezaron muy metidos, con las ideas claras, colgados de los centímetros de Hlinason para hacer daño por dentro al Tofas. Funcionaba. Ocho puntos en un abrir y cerrar de ojos. También Ali colaboraba con asistencias y asociaciones con el islandés, además de clavar dos triples seguidos que pusieron tres arriba a los vizcaínos (7-10) y anunciar lo que llegaría mucho más tarde. La consigna estaba clara: exprimir el juego interior hasta que la naranja se quedara sin zumo. Lo malo es que el Bilbao Basket necesitaba más gente alistada para la causa porque no bastaba solo con el poste nórdico, el escolta de Pensilvania y el corazón de De Ridder. Los turcos reaccionaron con Gecim, Saybir y dos triplazos siderales de Triufunovic, que permitieron a los locales clausurar el acto inicial cinco arriba (30-25).

Marvin Jones, el sostén

El problema del Bilbao Basket no estaba en el ataque, donde andaba bastante fluido y acertado, sino en defensa. Si la victoria en Miribilla se cimentó en una magnífica labor de contención, con Reed y Pérez secados, dos fuentes de las que bebe el conjunto de Bursa, la réplica en Turquía brilló por su ausencia. El base mexicano-americano acabó con 18 puntos, 8 asistencias y 26 de valoración, y el escolta con 21 puntos. Los locales anotaban con facilidad y en el segundo cuarto, sin cumplirse el minuto cuarto, ya habían cosido la brecha (39-27). Los árbitros pitaron unas cuantas faltas que únicamente vieron ellos –una de ellas a un Dragic que se apartó y vio cómo le daban tres tiros libres a Pérez– y los de Orhun Ene se crecieron. De Ridder y Pantzar anotaron y taponaron la sangría, pero el menos 12 volvió con una canasta de Reed (49-37). Respondió Ali desde la línea mágica y Frey hizo sobre la bocina para mandar al equipo a los vestuarios siete abajo (53-46). Ni tan mal, aunque la actitud defensiva pedía a gritos ser afilada.

No fue así y el Tofas continuó ampliando la brecha. El Bilbao Basket se vio 16 abajo al inicio del tercer cuarto (62-46), incapaz de frenar a los otomanos. Ali tiraba del carro, De Ridder mordía y asomó Marvin Jones, quien se destapó con magníficos minutos en el último cuarto para sostener a los suyos cuando la nave amenazaba naufragio. Cinco puntos de Pérez pusieron 19 arriba al Tofas (85-66) y las alarmas se oían hasta en el parque de bomberos en Miribilla. Entonces Cazalon dio un paso al frente –antes había clavado un triple con el hielo en las venas– y Jones desplegó la red salvadora en forma de conexión con Frey.

Ali volvió a meter desde los 6,75 –acabó con 24 puntos– para poner a siete al Surne (95-88). Reed, Trifunovic y Pérez golpearon y a falta de 16 segundos para el final había un 102-90. Era la prórroga, pero el internacional saudí decidió que no y metió a los de negro en la semifinal con una canasta sideral. Fue como soplar las 25 velas y cantar al club el cumpleaños feliz con toda la plantilla abrazada y dando saltos.