

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
josé manuel cortizas
Jueves, 19 de febrero 2015, 15:02
Álex Mumbrú con su madre y jugando con su hijo Aleix. Ha terminado la sesión de tiro matinal, el equipo regresa al hotel que comparte con Unicaja, Barcelona y Valencia. Son las horas previas a que arranque la Copa de Las Palmas. Cada uno lleva la espera como le pide el cuerpo. El refugio de las habitaciones evita el contacto con el tumulto de público, invitados y toda una caravana que es en sí el atrezzo habitual de esta competición. Se podría hacer una edición con las últimas ediciones y serían legión los rostros que se repiten sin tener que ver directamente con el staff de un equipo. La sesión de tiro matinal ha servido más para descargar adrenalina que para afinar en sí una puntería que los hombres de negro prevén no les va a dejar tirados.
Cuando se abrieron las puertas de la cancha para dar acceso a los medios llegaba el Unicaja y Kostas Vasileiadis no se resistía a interactuar con sus excompañeros, como ya hizo la víspera. Le advertimos que Ethan Wragge no ha fallado una en la sesión y el de Salónica le reta para que lo repita por la noche, a la hora de la verdad. Se percibe el nerviosismo. Borg sigue fijándose en el espectacular marcador cenital que tiene pantallas de leds hasta en sus planos achaflanados. Los más veteranos bromean en el banco. Bertans, a lo suyo, tirando y estirando, concentrado en que va a ser su noche. Los rituales van y vienen.
Sito Alonso avanza cuál será el que atañe al equipo. Vídeo táctico, comida y siesta. Después llegará la merienda, un vídeomotivacional y partida hacia el campo. Dependiendo de sí Unicaja y Bilbao Basket se pueden arreglar para trabajar el calentamiento en la pista auxiliar se moverá el tempo prefijado. Y ya en el vestuario, unos veinte minutos antes del salto inicial, se dirigirá a los suyos con la última charla. ¿El tono? Esta vez será más motivacional para que salgan con energía.
"Hemos hecho un buen trabajo"
El técnico ratifica, en las horas previas, que "hemos hecho un buen trabajo, pero queda lo más difícil, ser valientes y hacerlo". Descarta cuestionado por medios ajenos al planeta Miribilla que los hombres de negro vayan de tapados, "porque lo son los que se meten al final,mientras que nosotros hemos dado muestras en la primera vuelta de poder competir contra todos. Nota "la ansiedad previa" en sus hombres, que ve normal. "Me preocuparía que no la tuvieran". Y en su discurso vuelve a poner el énfasis en el pecado que no puede cometer su equipo. "No ser valientes. El restar valentía a cualquier acción, hoy no nos lo podemos permitir".
Ganas, muchas. También para el capitán Mumbrú que no tiene la Copa en las vitrinas de su residencia barcelonesa. El verbo ganar le provoca una sonrisa, recordando que su jefe, Sito Alonso, ha repetido esta semana que el Bilbao Basket va a la Copa a ganar: "Es muy ambicioso". Añade que "nosotros también", para no dejar fuera a la plantilla. Y ve a los más jóvenes del grupo "ilusionados y encantados con todo lo que ven alrededor. Todo esto es muy atractivo". Y se despide con algo tópico pero real: "Queremos ser muy competitivos". Y sigue jugando con su pequeño, al cobijo del desapacible día con rachas poderosas de viento y hasta alguna gota dispersa. Cerca desfilan inquilinos del hotel en albornoz y pantuflas directos al Spa para relajarse en el agua.
Al otro lado de la especie de cabo que se forma en la zona portuaria, la playa de Las Canteras vibra ya con una espectacular Fan Zone en la que se han instalado dos pistas de parqué para albergar la MiniCopa en la que también estará representado el Bilbao Basket con la base de los infantiles proclamados recientemente campeones de Euskadi. Dos enormes murales esculpidos en arena dan la bienvenida a un evento del que disfrutará sobre todo el público local. La crisis y la coincidencia con los Carnavales -a los que le resta el cierre con la versión dragqueen en el parque Santa Catalina y el posterior entierro de la sardina el sábado- ha encarecido el seguimiento del torneo hasta límites pocas veces visto. Poco más de un centenar de seguidores por equipo y legión grancanaria en su coqueta nueva cancha. Y, otra vez, la marea negra,120 valientes como los que quiere Sito Alonso sobre el parqué, condenados a ubicarse en una esquina del campo. No importa, se dejarán sentir.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Siete años de un Renzo Piano enredado
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.