Los arquitectos del Bilbao Basket campeón

De ahí que el título de la FIBA Europe Cup levantado en el infierno heleno les supiese a gloria, un éxito mayúsculo para los dos arquitectos principales del equipo campeón. Para el técnico catalán es su segundo trofeo continental -ganó la Eurocup con el Valencia-, mientras que el director deportivo bilbaíno acaba de estrenar su palmarés en el baloncesto profesional. Ellos, junto con el staff técnico y los jugadores, saben mejor que nadie lo que ha costado llegar hasta Grecia y conquistarla.

El actual preparador de los hombres de negro llegó hace tres años para sustituir a Álex Mumbrú, quien tras cuatro temporadas como entrenador y nueve como jugador de la franquicia de Miribilla decidió poner fin a su etapa en Bilbao y comprometerse con el Valencia. Ponsarnau asumió el reto y en las dos campañas anteriores salvó al equipo con holgura y sin cuadros de ansiedad, en la línea de lo que ocurre ahora, además de alcanzar una final europea y ganarla.

De ahí que siga al timón de un equipo al que han dirigido un total de nueve técnicos en la élite, desde 2004 hasta la actualidad. El de Tárrega ha cumplido de sobra con el objetivo nuclear de la franquicia de Miribilla de ser «uno de los 16 mejores equipos de la ACB», y acaba de poner en sus dedos el anillo de campeón. Calmado, educado y sin perder las formas, nada de estridencias ni de insultos a la hora de liderar, el catalán siempre ha trabajado desde el respeto y ha satisfecho sus obligaciones con el Surne con mayor antelación de la prevista.

Si se parte de la premisa de que se le trajo para salvar al equipo y mantenerlo en la Liga Endesa, no se le puede poner ni un solo pero a la labor de Ponsarnau. En su primera campaña en Bilbao, mediatizada por la herencia de un mito como Mumbrú, los hombres de negro sellaron la salvación a falta de nueve jornadas para la conclusión de la liga. Algo parecido ocurrió al año siguiente, cuando en marzo ya se podía respirar sin miedo de caer al abismo.

Y va por la misma senda en estos momentos, con una brecha importante respecto a la zona de exclusión que otorga la permanencia virtual. Hay que confirmarla de forma matemática, pero todo indica que es cuestión de tiempo. Además, más allá de la ACB, llevó al Surne a las semifinales de la Europe Cup en el curso anterior y en la presente edición lo metió en una final que ya es inmortal.

Bien rodeado de sus ayudantes Javi Salgado y Sergio García, además del resto del staff, Ponsarnau está a tres partidos de igualar a Mumbrú como el tercer entrenador con más partidos en la historia del Bilbao Basket. Con el de anoche en Salónica, el preparador catalán lleva 143 -96 en la ACB, 35 en la Europe Cup y 12 en la Basketball Champions League (BCL)- por los 146 del barcelonés (41 de ellos corresponden a la LEB Oro). Los dos primeros puestos del podio son para Fotis Katsikaris (186) y Txus Vidorreta (214). En los 25 años de vida del club, que se cumplen esta temporada, por su banquillo también han pasado Sito Alonso (90), Carles Duran (55), Rafa Pueyo (52), Veljko Mrsic (25) y Jaka Lakovic (4). Todos ellos han sido superados por el de Tárrega, el flamante campeón.

Un hombre que al inicio de cada temporada trabaja codo con codo con Rafa Pueyo. El director deportivo está obligado a buscar debajo de las piedras, encontrar lo que nadie ve o no sabe ver, apostar por jugadores desconocidos o sin experiencia para armar un bloque competitivo con un presupuesto más que modesto. Este año se han destinado 1,3 millones en la confección de la plantilla. Con decir que hay más de un club de la ACB que paga eso y mucho más a solo uno de sus profesionales está todo explicado. Pueyo ha traído a Jaylon Brown, Ben Lammers, Ondrej Balvin, Axel Bouteille, Ludde Hakanson, Damien Inglis, Adam Smith, Sacha Killeya-Jones, Thijs de Ridder, Melwin Pantzar, Harald Frey... La mayoría de ellos eran unos desconocidos para el gran público y, sin embargo, acabaron dando un gran rendimiento en Miribilla. La obligación de acertar en el Surne, o de fallar poco, es extrema.

Rafa Pueyo lleva 20 años integrado en la estructura del Bilbao Basket, en puestos de todo tipo. Fue técnico ayudante en la LEB Plata (una temporada), en la LEB Oro (dos) y en la ACB (nueve). También ejerció de entrenador jefe en la Liga Endesa en el curso 2013-2014 y ahora lleva siete temporadas en el cargo del director deportivo. Ha vivido tres ascensos y un descenso, un hombre de club que acaba de conseguir su trozo de cielo en Salónica. Es suyo para siempre, al igual que en el caso de Ponsarnau, una pareja que ha triunfado desde la humildad, el trabajo y la fe en su proyecto.