Asvel-Baskonia | Hoy, 20.00 horas
Las finanzas agrietan el proyecto de Tony Parker en el AsvelEl club galo que pretendía aspirar a ganar la Euroliga en 2027 se salva del descenso administrativo en liga por la aportación de un accionista del Cholet
El Asvel es el único equipo de la actual Euroliga que no ha disputado un solo encuentro de play off junto a los debutantes Dubái ... y Hapoel. El paso adelante que apuntaban en 2019 al conseguir la licencia fija es muy difícil de vislumbrar seis años después, con un 14º como mejor puesto. El periodo en el que planeaban consolidarse en la parte alta de la clasificación ha sido una sucesión de pobres resultados, futuras superestrellas que emigran y problemas extradeportivos que le han condenado a la irrelevancia continental. El proyecto ha estado a punto de quebrar este verano con la amenaza de un descenso administrativo en la liga francesa.
«Tenemos la ambición de ser campeones de la Euroliga en los próximos 5 o 7 años», expresó el vicepresidente Gaetan Muller en octubre de 2022, radiante tras la firma del contrato de patrocinio con la plataforma de streaming Skweek. Un acuerdo valorado en 8 millones de euros anuales. Lo nunca visto en el baloncesto galo. El récord milagro que no cristalizó. «Me pregunto si no hubo cierta ingenuidad en ese pacto», cuestionó en junio Patrick Hianasy, el presidente del organismo de supervisión financiera de la liga francesa de baloncesto, al comprobar el agujero de 12 millones de euros que sufrían las cuentas.
Skweek sólo abonó dos millones, pero no fue el único contratiempo. La relación con el Olympique de Lyon, asolado por las deudas, se acabó y los reveses empresariales del legendario Tony Parker, propietario desde 2014, llevaron a la entidad a caer en números rojos. La liga francesa, estricta en el cumplimento del reglamento económico, sopesaba su descenso cuando el Asvel recibió una aportación inesperada: 3 millones de euros de Gilles Morihain, accionista del Cholet, uno de sus rivales.
La inyección de capital fue fundamental para subsistir en «el corto plazo», señaló Hianasy. El club sigue bajo sospecha, con restricciones como un límite salarial para la plantilla de 5,1 millones de euros brutos (5,6 el año pasado) pese a que su presupuesto sea de 18, con lo que se hace utópico pensar que puedan abandonar el fondo de la tabla. La crisis del conjunto de Villeurbanne, en el área metropolitana de Lyon, ha partido en mil pedazos las ambiciones de Tony Parker de ser referente en el panorama internacional, con fichajes de calidad y una progresión constante. Ninguna de las tres se han terminado de cumplir.
«El hazmerreír de Europa»
«Nos hemos convertido en el hazmerreír de Europa», lamentaba en un comunicado su grupo de aficionados Green Gones en diciembre de 2022. Las prometedoras incorporaciones han llegado a cuentagotas. Okobo, Yabusele, Lauvergne, De Colo... «Sí, tenemos a Nando, pero tiene 35 años. No es el del CSKA ni del Fenerbahce», decía en 2022 TJ Parker, el hermano del ex de la NBA, cuando era el entrenador. Tres cursos después, el galo aún es su referencia en la que apunta a ser su última temporada.
El desarrollo de las promesas ha sido aún más cuestionable. Wembanyama y Richaser (números uno del Draft), se fueron a clubes menores casi antes de empezar a despuntar. Strazel y Maledon también optaron por salir del club al no poderlos retener. El crecimiento del presupuesto, que pasó de 7,2 millones en 2016 a 21 en 2023 no fue proporcional a los ingresos, lo que recibió la desaprobación del Tribunal de Cuentas de la región.
La gestión de Parker con los entrenadores tampoco ha beneficiado el rendimiento deportivo. Acusó a Zvezdan Mitrovic de comportamiento poco profesional, criticó sin tapujos a Pozzecco pese a que le contrató sin ser de su agrado, y confió en su hermano durante años pese a los pobres resultados en Europa, el mismo que le denunció para cuadrar el finiquito. Mientras, se planteó vender sus acciones al empresario franco-israelí Serge Bueno. Finalmente desistió. Esa controvertida alianza le costó la desaprobación de su amigo Nicolas Batum, que dejó de ser accionista mientras Parker bromeaba con que quizás el alero se retiraría en el Asvel. «Hay negociaciones».
Las polémicas no acaban ahí. Los contratos fraudulentos de De Colo y Lauvergne por los que la liga le quitó dos victorias y le sancionó con 100.000 euros, su propósito en 2024 de jugar un torneo en Israel, su deseo actual de convertirse en entrenador... La joya de la corona, su flamante pabellón, tampoco le ha salido bien. Tiene dificultades para lograr buenas cifras de asistencia, le sale muy caro abrirlo y muchos días opta por jugar otra vez en el viejo Astroballe, como anteayer ante el Valencia. Por ello, Parker es, junto con Florentino Pérez, el propietario que más apoya el desembarco de la NBA.
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