¿Debe el Estado acudir al rescate de la ACB?

Pablo Martínez, un exjugador y hoy uno de los más finos columnistas baloncestísticos, opina que nuestro deporte debe caminar por dos formatos diferentes. Uno de grandes eventos, entre los que incluye la Euroliga junto a Olimpiadas, NBA... No es de recibo creer que ACB puede estar entre estas citas. Si se aceptaran estas realidades, todo sería mejor: los clubes no irían con la lengua fuera y los jugadores nacionales poco a poco encontrarían un lugar donde formarse para la auténtica vida profesional. Los contratos de ahora son, en general, de pura subsistencia; solo aceptables desde una vocación soñadora.

En Euskadi, tres equipos están en ACB a día de hoy. Tanto el Bilbao Basket como el GBC son clubes estables y sus aficiones aceptan con naturalidad el día a día. Hoy luchan por mantenerse en la categoría y otro año por los puestos de cabeza en función del acierto en el fichaje de jugadores. La situación del Baskonia es diferente, pertenece de pleno derecho al club de los grandes europeos. A los tres clubes les protegen y les ayudan económicamente las corporaciones locales. Me parece muy bien, no dejan de ser un servicio que se da al ciudadano.

Aquí quiero llamar la atención de una situación singular; el Baskonia es, incluyendo a los prestigiosos equipos de fútbol, la única representación deportiva de la Comunidad con presencia en el concierto europeo de pleno derecho. Por los momentos de dificultad que se ven venir, las ayudas al club de Vitoria deben traspasar el ámbito local. Solo el recuerdo que supone la Final Four que vivimos en la capital alavesa debe ser la garantía para que el Gobierno vasco ayude a mantener a Euskadi en la elite del deporte europeo.