No cabe duda: la debilidad reside en el juego interior

Estudiando los rendimientos del equipo baskonista no cabe ninguna duda de que su debilidad máxima reside en el juego interior. Ningún jugador de la pintura tiene presencia suficiente como para acompañar a la batería exterior. Jekiri carece de talento de juego, da la sensación de ser un jugador tardío, sin las habilidades necesarias para posicionarse bien tanto en ataque como en defensa. Prueba de ello son la cantidad de faltas que comente por estar fuera de tiempo en las acciones. Como buen africano, su físico y su actitud es encomiable, pero le falta sutileza. Sus 2.12 de estatura no corresponden a los pobres números que acumula en los 20 minutos que juega: 7.7 puntos y 4.4 rebotes dicen poco.

El caso de Fall me llama mucho la atención. Es, con sus 2.21de estatura, el segundo jugador más grande de la ACB, solo superado en un centímetro por el madridista Tavares. Sus características son similares: saltadores de una pierna, frágiles en el contacto, demasiado grandes para jugar bien el 2x2 y poco habilidosos en el 1x1. ¡Y entonces qué pueden hacer! Sus posibilidades limitadas pueden ganar partidos. Tavares sabe que su valor es taponar tiros de cualquier jugador que se acerque a su canasta y rebotear en ataque para sacar el balón a los tiradores. El madridista solo concede faltas cuando intenta taponar, nunca en las jugadas de bote, de pase o de 1x1. Por eso llega casi siempre a los minutos definitivos. Me gustaría ver a Fall con una idea tan clara de su misión en el juego, estoy seguro que sus números (5.5 puntos y 4.4 rebotes) no serían mucho mejores, pero sí sus pobrísimos 0.4 tapones. El juego interior del Baskonia no es mucho más si se da casi por amortizada la presencia de Diop. Sus 10 minutos y los 3.7 p. y 2.3 r. hablan por sí mismos. Al canterano le falta algo que dé a sus entrenadores la confianza para ponerle en el campo. Nada ocurre por cuestión de manías.