Dimitrije Curcic, un articulista de prestigio, titula así un artículo: 'Los minutos de los jugadores nacionales en la Euroliga han disminuido en todos los países ... salvo en Grecia y Francia. En España un 43%'. La noticia es impactante. Toma como referencia los últimos veinte años. El período es demasiado largo como para hacer juicios de valor. Es propio de nuestra sociedad juzgar y condenar actitudes de tiempos lejanos. El sentido moral del momento es tan cambiante que la comparación es injusta. Valga como ejemplo la evolución en las relaciones entre géneros en el momento actual de nuestra sociedad.
Volvamos al estudio. De las temporadas 2000-03 a las 2018-21, los jugadores españoles han pasado de jugar 39% del tiempo al 22%. Según el articulista, la razón no es otra que el desembarco de jugadores americanos, unos como extranjeros y otros con nacionalizaciones de conveniencia. De esto tampoco nos libramos nosotros. Serge Ibaka es el mejor ejemplo.
Se da otra circunstancia, para mí de relevante importancia; el envejecimiento paulatino de las plantillas. Datos: los minutos para los jugadores menores de 26 años en España han pasado de estar en pista un 24%, a un testimonial 5%. En este apartado, el Baskonia sale bien parado ya que sus 'jóvenes' juegan el 40%. Quizás esta sea la razón principal de la vitalidad de los vitorianos en la mayor parte de los partidos. También tiene que ver con la necesidad de hacer caja con la venta de jugadores. Hay que decir en honor a los veteranos que ellos se ganan a pulso sus minutos, se cuidan más y rinden mucho mejor. La experiencia ha ganado peso sobre las expectativas de los jugadores.
La situación tiene difícil solución. Hace veinte años la Comunidad Europea la componían menos países; las comunicaciones y sobre todo la información eran menores. Hoy, un jugador nacido en 2005 es conocido por todo el mundillo, no tienen más que ver los jovencitos de la categorías inferiores del Madrid. No olviden que el jugador que llega a España con 16 años tiene los mismos derechos que un baloncestista nativo.
Al baloncesto le ha llegado, como hace años ocurrió con Italia, una época de pérdida de practicantes. El desinterés por parte de los colegios, incluso una falta de motivación por parte de las familias y un sinfín de entretenimientos alejan a los niños de las canchas. En definitiva, los datos, aun siendo relevantes, solo son una demostración mas de lo rápido que cambia la sociedad. Pero no se pueden sacar de estos porcentajes conclusiones negativas. Sencillamente, es lo que hay.
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