La afición del Baskonia arropa a Markus Howard

Markus Howard podría haber empleado toda la jornada a atender las peticiones de la parroquia azulgrana. Primero, aclamado sobre la pista. Sus triples fueron los que más revuelo causaban en las gradas. La sesión, de la que se ha podido presenciar alrededor de media hora, dedicada eminentemente al lanzamiento exterior, ha dado paso a un momento improvisado en el que los jugadores del Baskonia han sido rodeados por una prole de niños. Pero ningún corro ha generado el entusiasmo que el astro azulgrana ha tenido a su alrededor.

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En la fila que se ha organizado media hora antes de la apertura de puertas alrededor del pabellón no había dudas. Tres niños y dos niñas jugaban con una pelota pequeña para hacer más amena la espera. ¿Con quién os queréis sacar una foto? «Con Howard». Otro grupo de siete daba patadas al brick de un zumo. «Howard es el mejor. Va a volver a meter 30 puntos cualquier día», decía Elsa, la mayor de la cuadrilla.

Semejante admiración se ha dejado notar luego en la firma de autógrafos. El estadounidense se ha escabullido con dificultades al principio para irse al vestuario. Un minuto después ha regresado con dos pares de zapatillas que ha regalado y ha organizado un cónclave para atender a sus «fans». «Voy aprendiendo castellano poco a poco», les contaba entre firma y foto. El tumulto alrededor de las mesas de pie de pista crecía a cada atención, con el escritorio cada vez más inclinado sobre Howard, que ha mantenido el tipo.

Después de media hora larga, empleados del club se han llevado al jugador azulgrana, de nuevo sonriente. Cabarrot, Sedekerskis y Moneke han sido los otros azulgranas que más peticiones han recibido sobre la pista en la que algún privilegiado ha podido lanzar algún triple. Así se ha puesto fin al segundo entrenamiento de puertas abiertas de la temporada del Baskonia. 4.000 espectadores acudieron en agosto. En Carnaval, algo más de mil. La fidelidad sigue en forma.