Qarabag, rival del Athletic en Champions, el club que cambió de ciudad por un conflicto armado
El rival de mañana de los rojiblancos tuvo que abandonar Agdam por el enfrentamiento de Nagorno Karabag para asentarse en Bakú
Igor Barcia
Martes, 21 de octubre 2025, 00:11
El Qarabag que este miércoles (18,45 horas) realizará la ofrenda floral al busto de Pichichi en San Mamés antes del partido de Champions es ... la revelación del torneo con su pleno de seis puntos tras dos encuentros. Los azeríes ganaron al Benfica y al Copenhague y se codean con la élite continental pese a ser un equipo desconocido para la gran mayoría y que a priori estaba considerado como uno de los que debía ocupar la zona baja de la tabla. Pero el club ahora asentado en Bakú ya debutó en una fase de grupos de la Champions en la temporada 2017-18, es un habitual de las competiciones continentales y su historia es fundamental para entender el fútbol de Azerbaiyán y su desarrollo.
Noticia relacionada
Gurban Gurbanov, el entrenador eterno
Una de las características del Qarabag es que es un club nómada. Su origen está situado en Agdam, a más de 300 kilómetros de Bakú, su sede actual. Allí creció en la década de los años 50 el Mehsul F. K. que jugó en la liga de Azerbaiyán hasta 1968, cuando desapareció por problemas económicos. En 1977 se refundó con el nombre de Shafag F. K; entre 1982 y 1987 pasó a llamarse Kooperator F. K, y en 1987 adoptó la denominación definitiva de Qarabag, en relación a la región de Nagorno Karabaj donde está asentada Agdam.
Una zona siempre conflictiva por la disputa del territorio entre Armenia y Azerbaiyán y que estuvo en tregua bajo el control de la Unión Soviética. Pero con la caída de la URSS, los conflictos aparecieron de nuevo y la lucha por la región de Nagorno Karabaj abrió un nuevo capítulo en 1988 con una guerra que se prolongó durante seis años y provocó una masiva migración de sus habitantes. Esta situación también afectó de lleno al club de fútbol. Perdió a su entrenador Allahverdi Bagirov, enrolado en el ejército azerí, por el estallido de una mina antitanque, y el estadio Imarat fue destruido.
Así las cosas, el club y sus integrantes pusieron rumbo a Quzanli y después a Bakú, donde se instaló el nuevo Qarabag, que siempre ha mantenido el nombre que representa a su región de origen. 1993 fue un año de contrastes porque las tropas armenias entraron en Agdam y la población tuvo que abandonar la zona, mientras que un mes después el Qarabag conquistó su primera liga de Azerbaiyán y la copa, logrando así un doblete histórico. Todavía el Qarabag estaba asentado en Quzanli, pero unos años después ya se decidió dar el salto a Bakú, donde la entidad se modernizó y creció hasta convertirse en el referente actual del fútbol azerí.
Fundamental fue la entrada de un nuevo dueño como la empresa Azersun, el mayor distribuidor de alimentos de Azerbaiyán, en un momento crítico para la economía del Qarabag. El presidente Tahir Gozal está al frente de la empresa y del club, y además mantiene una estrecha relación con Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán desde 2003. Una relación determinante para que el Gobierno aporte importantes sumas económicas a la entidad.
A partir de ahí, las cosas cambiaron por completo. De los problemas económicos a convertirse en un referente del país. Conquistó siete ligas consecutivas desde 2014 hasta 2020 y se convirtió en el primer club azerí que ha logrado clasificarse para la fase de grupos de la Liga de Campeones de la UEFA (2017-18). Y a crear un nuevo campo para sus partidos, el Azersun Arena, con capacidad para 5.800 espectadores, aunque en los encuentros europeos se traslada al Estadio Nacional Tofik Bakhramov, con 31.000 plazas.
«Misión especial»
Pero, más allá de conquistar títulos, el espíritu del Qarabag sigue siendo el mismo. Porque el propio Gozal, presidente del club, es una víctima del conflicto que lucha por visibilizar. En una entrevista, Gozal explicaba lo que supone el Qarabag en Azerbaiyán. «El Qarabag siempre ha tenido una misión especial. Nuestro nombre nos ha obligado a asumir nuestras responsabilidades tanto dentro como fuera del campo, a luchar con dignidad en cada competición en la que participamos. Más que los resultados, lo que nos define es nuestro espíritu de lucha. Perdimos partidos, pero nunca perdimos las ganas de luchar. Detrás de esta determinación se encuentra el nombre de Qarabag y el inquebrantable apoyo de nuestra gente».
Gozal se refería también a los éxitos deportivos y explicaba que «como fuerza líder del fútbol azerbaiyano, nuestro equipo ha hecho historia en las competiciones europeas. Nuestro objetivo y misión siguen siendo los mismos: seguiremos haciendo todo lo posible para representar a Qarabag con honor en toda Europa». Próxima parada, Bilbao, donde el club azerí rendirá homenaje a Pichichi y después seguirá soñando con hacer historia en la Champions.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión