Laporte: «He pasado momentos difíciles. Cuando se solucionó hubo lloros»
El central destaca «le dije al Al-Nassr que sólo quería volver al Athletic, pero miraba por sus intereses y me decían que otros clubes pagaban grandes cantidades»
Muy emocionado y con lágrimas en los ojos cuando llegó el momento de los agradecimientos, Aymeric Laporte se sentó tras el derbi ante el Alavés ... a explicar sus sensaciones después de haber podido cerrar su complicadísimo fichaje por el Athletic. «Pensaba que iba a ser más rápido. He pasado momentos difíciles. Tampoco lo veía ya tan claro, pero se hizo todo bien y se ha dado», resumió ante los periodistas ante el presidente, Jon Uriarte; el embajador del club, José Ángel Iribar; y el director general, Jon Berasategi, además de otros directivos.
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Las lágrimas de Laporte a la hora de los agradecimientos
Laporte ha estado en el filo de la navaja pendiente de una decisión ajena a él. «Ha sido muy difícil. Me encontraba en medio de la nada. Cuando no se quiere negociar, no puedes hacer nada. Es un poco complicado, pero al final hemos podido solventarlo y estoy aquí muy feliz».
El jueves por fin llegó la resolución de la FIFA que le dio la razón. ¿Cuál fue su primer pensamiento? «No hubo ningún pensamiento. Hubo lloros y poco más. Estaba en familia y estábamos muy emocionados todos. No me lo creía y me preguntaba si era verdad».
¿Por qué se apuraron tanto las negociaciones? ¿Laporte quería estirar las negociaciones para sacar más dinero? ¿El Athletic se mantenía firme para pagar menos de traspaso? Nada de eso. La respuesta es otra. El problema que alargó el proceso es que el Al-Nassr tenía sobre la mesa tres ofertas económicas superiores a las del Athletic, tal y como reveló EL CORREO el viernes.
Y lógicamente prefería traspasar al central a esos clubes que a la entidad rojiblanca. Bayer Leverkusen, Nápoles y Ajax de Amsterdam presentaron al Al-Nassr ofertas superiores, alguna en torno a los veinte millones, a las del Athletic, que finalmente paga diez millones por su traspaso. Las propuestas eran también mejores para el central, que cobrará algo más de cuatro millones netos por campaña, alrededor de un 80% menos de lo que tenía firmado en Arabia Saudí.
El propio jugador confirmó que las cosas fueron así, aunque sin citar los nombres de los clubes interesados. «Cuando empezamos a hablar con el Al-Nassr transmití que mi único objetivo era volver al Athletic, que no iba a mirar más allá de otros clubes. Me estuvieron diciendo muchos clubes que me querían fichar, que les llamaban todos los días, dispuestos a pagar cantidades grandes. Se ha dado esa condición de que el club estaba buscando rendimiento económico, pero mi objetivo no tenía nada que ver. No era mi objetivo. Y hasta final de mercado estuvimos en esa tesitura. Es el momento por el que hemos llegado a estas alturas», resumió el central internacional.
El central no se dejó intimidar por la oposición de los saudíes porque entendía que no tenían carta blanca para hacer lo que quisieran. «Hace dos años (cuando el Al-Nassr pagó 27 millones por él al Manchester City) también tenía intención de volver, pero el esfuerzo que había que hacer entendía que el Athletic no podía asumirlo. El City optó por el máximo transfer posible. Ahora, con sólo un año más de contrato, sabía que podía llegar a un acuerdo». Al fin y al cabo entendía que su postura en la mesa negociadora era de fuerza.
«Ojalá pueda jugar la Champions»
Aún queda una importante tarea en los despachos. ¿Podrá jugar la Liga de Campeones? El club entiende que la autorización de la FIFA debe incluir esa competición, pero la decisión final está fuera del club. «Ojalá se pueda. Espero que la UEFA nos puede dar esa autorización». Tampoco pudo dar un plazo para la reaparición, aunque dijo encontrarse bien porque ha entrenado por su cuenta.
Laporte acudió a San Mamés junto a su esposa y sus dos hijos pequeños. Vieron el partido desde el palco y saltaron al césped a la conclusión del duelo. El central y sus niños llevaban la camiseta con su dorsal, el 14, y el nombre.
Laporte dejó a la familia y consoló uno a uno a sus nuevos compañeros cuando se dirigió con ellos al fondo de animación para cantar junto a los hinchas. «Escuchando el himno se te pone la piel de gallina. Incluso cuando fui a Lezama sentí ese olor que había perdido un poco de mi infancia. Era la nostalgia».
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