Continuará...
Si Nico mantiene su progresión seguirá siendo un fichaje apetecible y asequible para unos cuantos clubes
Pensábamos que lo habíamos visto todo en el fútbol pero ha quedado claro que es aconsejable mantener siempre un remanente de capacidad de sorpresa. La ... renovación de Nico Williams es, sin duda, la noticia futbolística del año por lo menos hasta que en cualquier sitio estalle otra bomba de similar o mayor potencia. El fichaje más anunciado, confirmado y retransmitido… finalmente no se ha producido. Y ya es la segunda vez que ocurre.
La noticia se celebra y se lamenta a partes iguales según cada escenario. Pero incluso en un mundo tan maniqueo como el del fútbol caben los grises y en esta historia hay un relato principal, el del hijo pródigo que regresa a la casa del padre de la que nunca terminó de irse, y bastante subtexto que nos debería aportar la luz que sigue faltando para ver las cosas claras.
Nico continuará en el Athletic, pero queda la impresión de que también continuará la historia que lleva protagonizando desde que llegó al estrellato. Hay unanimidad en Bilbao, y en otros muchos sitios, para celebrar el nuevo ridículo de un club que a fuerza de prepotente resulta estomagante. Las carcajadas resuenan al otro lado del mundo después del nuevo tartazo en la cara que se han llevado los dirigentes de una institución que un día fue 'més que un club' y ahora mismo es el hazmerreír del universo futbolístico.
Pero después de celebrar la broma quedan muchos hilos sueltos que habría que trenzar para componer la historia real que nos interesa aquí, no la contada. Probablemente nunca lo conseguiremos salvo que el propio protagonista nos la explique en una comparecencia con más sustancia que un vídeo con el que, por cierto, el equipo de comunicación del Athletic se ha ganado una más que merecida ovación.
Entre los hilos sueltos destaca el del importe de la nueva cláusula. Como el club oculta la original, anunciar que sube «más del 50 por cien» no es mucho decir. Así que tendremos que quedarnos con los 58 millones más el IPC, con los que se viene especulando desde que se firmó el anterior contrato. Esto situaría la nueva cláusula en unos 90 millones, una cifra nada disuasoria para un puñado de equipos ingleses, algún alemán y, mucho menos, para el emergente fútbol árabe. Hace siete años el Athletic se embolsó 80 millones por un portero que había jugado un partido oficial, contra Malta, con la selección. Ahora estamos hablando de un delantero que fue elegido como mejor jugador de la final de la Eurocopa y es el único futbolista del Athletic nominado al Balón de Oro.
Si Nico continúa su progresión en el Athletic y la selección, seguirá siendo un fichaje apetecible y asequible para unos cuantos. Los que se guían por el corazón no tienen cláusula de rescisión o la tienen con un par de ceros por lo menos, para que el que los quiera fichar se lo piense dos veces. Y las declaraciones de amor suenan más reales cuando se hacen en el momento oportuno. El silencio del jugador durante estas tres semanas ha dejado el relato en manos del Barcelona que, a través de sus recadistas mediáticos, ha manejado a su antojo, dejando al propio Nico a los pies de los caballos.
Es distinto el silencio que ha mantenido el Athletic, que solo ha hablado para advertir de que no se quedaría cruzado de brazos, lo único que podía decir dadas las circunstancias, mientras trataba de persuadir al jugador con poco éxito a tenor de lo que se filtraba en Barcelona, aunque finalmente ha ocurrido lo contrario.
También resulta contradictorio con la declaración de amor del desenlace que Nico se ofreciera a Laporta y Deco diez meses después de proclamar que quería hacer historia como Munain, con su camiseta con el número 10. Y no porque parezca el comportamiento de un adolescente veleta, sino porque su representante debía conocer la situación real del Barcelona y sus dificultades tanto para desembolsar la cláusula como para cumplir las exigencias de la LFP. Salvo que los interesados se expliquen, es inevitable quedarse con la sensación de que, como el año pasado, si Nico no se ha ido no es porque no haya querido, sino porque el Barcelona no ha podido.
Así las cosas, la segunda temporada de esta serie termina con un final abierto que anuncia por lo menos una tercera temporada. La afición del Athletic es sabia y no se espera que pase facturas al cobro a corto plazo si las cosas transcurren con una mínima normalidad, algo de difícil definición en el mundo del fútbol.
Pero Nico estará bajo la lupa que él mismo se ha puesto. Se observará con atención cada detalle y cada gesto; cada fallo y cada ausencia. Y si las cosas le salen bien en el campo, no faltarán interesados, presuntos o reales. Hay 'gurús de los fichajes' por un tubo en las redes sociales y en los medios convencionales.
A lo mejor al vídeo del mural le ha faltado un cartelito al final: Continuará... Permanezcan atentos a sus pantallas.
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