Pretemporada: despropósito y negocio
El contraanálisis ·
Hay que ser muy ingenuo para considerar la fase de preparación estival como algo que condiciona el estado de forma para el resto del cursoConsiderar la pretemporada como algo que condiciona el estado de forma futbolístico para el resto de la temporada es ser muy ingenuo. Como dice Víctor ... Frade, un estudioso del fútbol y defensor de la periodización táctica, «la pretemporada es ese periodo que sirve principalmente para preparar el primer partido y poco más». Porque planificar más allá de un micro ciclo semanal es una auténtica aventura. Cuando se habla de mesociclos o macrociclos, previendo picos de forma a varios meses vista, es una de las mentiras más comunes que se suelen escuchar en el fútbol. Eso funciona en el atletismo, aquí no. Aquí hay que ir microciclo a microciclo; o incluso más, sesión a sesión, porque de un día para otro todo cambia. Hay que estar continuamente readaptándose a circunstancias, resultados, estados anímicos, lesiones, cargas, estados de forma, problemas personales, características y variantes de los próximos rivales. Evidentemente siempre dentro de una idea concreta y establecida en cuanto al modelo de juego y al estilo metodológico que se quiere imponer.
Y si añadimos ese despropósito que algunos equipos realizan en las pretemporadas, donde con tal de hacer caja pasan más tiempo viajando que entrenando, ya ni para el primer partido de Liga sirve, lo que dice Frade. Eso sí, luego si la cosa no carbura los mismos que ríen las gracias a esas giras y pachangas en las antípodas serán los que critiquen la planificación y a sus responsables. Y eso no es lo peor, lo peor es el incongruente cierre de mercado que hace que la pretemporada no nos sirva ni para el cuarto partido oficial, que es cuando se suele cerrar.
Es una situación muy complicada para aplicar rigor en la planificación del entrenamiento colectivo. Posiblemente se esté entrenando con un grupo de jugadores donde no son todos los que están ni están todos los que son. Más aún, muchos de los que están viven en una pura incertidumbre. Es un continuo chascarrillo de noticias, rumores, confirmaciones sospechosas, desmentidos extraoficiales, negociaciones inexistente... Pocos tienen claro dónde terminarán jugando allá por septiembre. En definitiva, algo que no ayuda para nada al jugador ni, por supuesto, al trabajo colectivo del equipo. Puede darse la paradoja, o mejor dicho el despropósito, de ver alguno jugando en agosto con nuestro equipo y en septiembre con el rival. Con eso está todo dicho.
Lo peor es el incongruente cierre de mercado, porque en la primera jornada ni son todos los que están ni están todos los que son
Eso sí, los que verdaderamente hacen la pretemporada, o mejor dicho el agosto, son las redes sociales y los medios de comunicación más sensacionalistas. Es el hábitat ideal para los especuladores profesionales, los vendedores de humo, de cuentos, de alcahueterías, noticias verdaderas pero sin confirmar, desmentidos y confirmaciones extraoficiales. En definitiva, prensa rosa en versión fútbol.
Ah, se me olvidaba comentar sobre los que mejor hacen las pretemporadas. Me refiero a los agentes, intermediarios, representantes, comisionistas o especuladores. Todo menos asesores de confianza o fieles consejeros. Cuánto tiempo se ganaría y cuánto dinero se ahorraría si estos solo se dedicasen de Segunda División hacia abajo. Y por último, la madre del cordero, el tope salarial o las milagrosas 'palancas', que al parecer es como se llama ahora, junto al trabajo en la secretaría técnica. Estos sí que son los que verdaderamente deben hacer una buena pretemporada, porque a partir de ahí lo que venga después será la consecuencia.
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