El alavesismo arropa a su equipo

La cuadrilla de Musa, Gorka, Clavo, Kevin y Mikel fue una de la más madrugadora del turno de las nueve. Ahí estaban los cinco amigos, con todo tipo de enseres albiazules en sus manos. Es un día grande y no se lo quieren perder. Aunque hay «muchos nervios» ven una oportunidad propicia para dar un zarpazo. «Hoy podemos pasar a depender de nosotros mismos», avalan. Sobre todo, tienen «más ganas que nervios». Cree que la apuesta del club y jugadores por pagar las entradas ha ayudado, aunque ellos lo tienen claro, era un partido donde no se podía faltar. «En todos los campos se nos nota, aunque vayamos cinco», confirman a coro. Para el largo camino lleva una mochila «llena de bocatas».

Beñat, Itziar y Alaitz van en familia a Valencia. Ha sido el primero el afortunado que logró tres de las pocas entradas disponibles. Aunque le tocó esperar. «A las 16.30 fui a por entradas y había cien personas», rememora. Merece la pena y creen que «mola que vaya tanta gente» a ver al Alavés. «Si no se va hoy, cuándo se va a ir», recuerdan. Tienen nervios, como todos, pero están con confianza. «Ganamos seguro. El Levante se ha quedado tocado», analizan. También reconocen que, aunque pueda subir el nivel de tensión, estarán atentos a otros campos para ver si la suerte sonríe a los babazorros.

Aunque Iker, Iñaki, Mikel y Adrián tienen ganas de viajar a Valencia con el Alavés, no pueden esconder cierta inquietud por lo que pueda pasar. «Vamos con miedo», desliza el primero. «No sabemos qué van a hacer estos… ni los demás», apunta un amigo. Esos problemas del equipo para sumar fuera de casa hacen mella en el ánimo, pero tienen claro que «hoy todo es posible». Si no, no habrían hecho una interminable cola para sacar las entradas. «Estuve tres horas esperando, pero ha merecido la pena», cuenta el encargado de hacerse con ellas. Van preparados, con las mochilas llenas. No solo de comida. «Hay más cervezas que bocadillos», bromean. Esperan traer de vuelta en ellas los puntos. «Debería salir todo. Por nosotros, no por ellos», sentencian. Que un año difícil tenga cierre bonito.

Judith, Azaray, June y Uxue se lo piensan un poco al ser preguntadas si tienen nervios minutos antes de montarse en el autocar. «La verdad es que sí. Dormir, poco», confiesan entre risas. Hay que soltar la tensión. Y, si se puede, echar una cabezada en el bus si los compañeros más ruidosos lo permiten. Pero todo por el Alavés. «Tenemos todas las ganas de partido del mundo», aseguran. Tres horas tuvo que estar una de ellas para sacar las entradas. «Yo, cuatro», señala una de sus compañeras. «Al límite», bromea. Tienen «muchas esperanzas» de que los albiazules se lleven el triunfo y piden «por favor» a los rivales de los adversarios directos que le echen un cable. «Lo necesitamos», sentencian.