Paradojas del destino
Es por un lado curioso y por otro sentimental el homenaje que se le va hacer con otra camiseta a nuestro eterno capitán
Hoy es uno de esos partidos de rivalidad vecinal que nunca habríamos querido jugarlos, a no ser que fuese en Primera. Donde tenemos bastante que ... ganar y mucho más que perder. Y no me refiero tanto a los tres puntos en juego, sino a ese escozor o pequeña humillación que supone que los del pueblo de al lado puedan ganar a los de la capital. Evidentemente eso supone que en el pueblo tengan una semana para regodearse del asunto. Y menos mal que no juega aquel pequeño diablo, un jugador menudo que se distinguía de lejos por no tener pelo -o pelo rapado, no lo sé-, el temido Pablo Infante. Aquel que hace una década conseguía crispar los nervios a todo Mendizorroza con sus gestos poco amables hacia la grada. Tranquilidad, que el susodicho ya está retirado del fútbol.
Pero hoy tenemos un asunto que, casualidades del destino, por un lado es paradójico y por otro sentimental. Me refiero al curioso homenaje que se le va hacer a nuestro eterno capitán, Manu García. Curioso por el hecho de hacerlo como rival. Y paradójico por que si su entrenador, Joseba Etxeberria, decidiese sacarlo, tendremos enfrente a un icono del Glorioso con otra camiseta. Casualidades del destino y la incongruente política de nuestro club por lo que a ese poco sentido de pertenencia se refiere. En este caso, el destino se ha vengado. Algo parecido, en menor medida, es el caso de Nacho Castillo. Un jugador que el partido anterior jugó contra el Sporting un buen rato en el Mirandés y que hasta hace pocas semanas pertenecía a la cantera del Alavés. El tiempo lo dirá, pero al menos es curioso que a nosotros no nos valga y a los adversarios, sí. ¿Será otro caso del desprecio al sentido de pertenencia?
Y caso distinto, pero que tiene en común con los anteriores lo de curioso o paradójico, es el de la última incorporación a la plantilla del primer equipo, Nikola Maras, procedente del Almería. Ustedes me dirán. Resulta que con el trueque y todos sus matices en la operación de la venta de Pacheco, de alguna forma pagamos el fichaje del central almeriense. Un jugador que era el reserva de un viejo conocido, Rodrigo Ely. Este es actualmente el central titular del Almería y perteneció cuatro temporadas al Glorioso. La cuestión es que no hace muchos meses se desligó del Alavés por falta de interés por él en Vitoria. Entonces cómo me explican ustedes que regalemos un central que ahora es titular en el Almería y paguemos por el reserva.
Pero en honor a la verdad hay que decir que si hay algo que guarda coherencia en este inicio de campaña, es la aportación de jugadores jóvenes de la academia (cantera+cartera). Algo inédito en este Alavés. Bastante más de media docena de chavales frecuentan con asiduidad el primer equipo. Con escaso sentido de pertenencia pero con cierto sentido de coherencia. Porque de incoherentes sería invertir en algo para no sacar provecho.
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