Modas en las gradas de Mendizorroza
Historias en albiazul ·
Antaño, los aficionados del Alavés asistían al campo de punta en blanco pero sin distintivos albiazules. Ahora se imponen las camisetas y bufandas como si fueran el jugador número 12En Internet aparecen numerosas referencias a cómo ha cambiado la vestimenta de los futbolistas a lo largo de la historia. Sin embargo, apenas hay información ... sobre el modo de vestir de los espectadores, que reflejan los cambios sociales del último siglo. Claro que es un tema difícil de estudiar, pues las únicas fuentes disponibles son las audiovisuales.
En el caso del Deportivo Alavés, las fotografías de las gradas muestran cómo, hasta hace poco, los aficionados no iban a Mendizorroza mayoritariamente con camisetas albiazules, tal y como sucede en la actualidad, sino en traje de calle. Así, en los años veinte y treinta se ven espectadores con boina o sombrero, pues entonces era costumbre entre los hombres llevar la cabeza cubierta. La americana era la indumentaria habitual entre los adultos, mientras los niños usaban jersey y pantalón corto. Las mujeres vestían, por su parte, traje completo o falda y blusa, con o sin chaquetón, y el pelo casi siempre recogido. Eran palpables las diferencias sociales, evidenciadas en el modo de vestir. Por ejemplo, las señoras de clase media-alta iban al fútbol con sombrero.
En las siguientes décadas, la afición alavesista fue adaptándose a los cambios en la moda, pero vistiendo siempre de calle. Además, el hecho de que los partidos se jugaran en domingo hacía que muchos fueran vestidos elegantemente. Por ejemplo, bastantes hombres asistían con corbata al estadio del paseo de Cervantes. Por otro lado, aunque sea un tópico, parece cierto que en Vitoria en épocas pasadas nevaba y llovía más, y hacía mas frío. Y como las competiciones se disputaban entre otoño y primavera, dejando libre solo el verano, los abrigos, paraguas y gabardinas eran las prendas más habituales en las tribunas del recinto deportivo.
Esto hacía que acudir al campo a veces fuera algo 'heroico'. Por ejemplo, en un partido contra el Oviedo en 1929 la prensa recalcó que «la entrada registrada en el campo de Mendizorroza no pasó de regular. No nos extraña porque la tarde era de lo menos a propósito para pasarse dos horas aguantando lluvia y frío». En 1933 se jugó un Alavés-Celta. Eran tan bajas las temperaturas que un reportero de 'La Libertad' escribió que apenas había podido tomar notas durante el encuentro, «pues el frío que se sentía en el campo no permitía cumplir esta misión informativa». En 1955, los espectadores que siguieron el choque contra el Sevilla estaban «cubiertos con sus prendas contra el agua y haciendo gala de un elevado desprecio al frío».
Todo ello producía un claro contraste entre la ropa invernal de los espectadores y la de los jugadores. Así lo explicaba el periodista Antonio Rodríguez de León tras ver un partido de fútbol en directo en 1923: «Nosotros, enfundados en nuestra gabardina, tiritando de frío, sentimos en más de una ocasión vergüenza de nuestra pobreza física. Nos vimos enclenques, sin músculos, incapaces de dar patadas a una pelota, presos en un catarro pertinaz, arrebujados en nuestra ropa, contraste rudo ante aquellos atletas que, al aire libre, apenas sin vestidos, desafiaban el empuje arrogante del adversario».
La moda invernal predominante en Mendizorroza era tan habitual que fue objeto de un anuncio publicado en la prensa vitoriana en 1957. Se trataba de un reclamo de la tienda de moda Urrutia que decía: «No es un locura ir al fútbol, aunque llueva, si va protegido por una trinchera impermeable Sintafilm de Confecciones Urrutia». Junto al texto y al precio de los modelos en oferta, un dibujo mostraba a tres hombres enfundados en su gabardina, uno de ellos con sombrero, viendo el partido del Alavés. Estaba claro que se trataba de Mendizorroza, por la torreta de retransmisiones de Radio Vitoria que se observa detrás.
Aunque desde el principio se veían algunas bufandas albiazules en el graderío, aún faltaba bastante para que aparecieran las camisetas. Una tendencia que se incrementaría con la apertura de la primera tienda oficial del club en 1996, hasta llegar al actual colorido blanco y azul de las gradas.
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