El cosquilleo habitual
Otro intenso mercado veraniego con salidas importantes y múltiples fichajes deja un nuevo Alavés en construcción que, a priori, volverá a pelear en el límite
Ganar en el último minuto (Levante), perder por la mínima (Betis) e igualar (Atlético de Madrid) tras un eterno descuento de 15 minutos. Es la ... sufrida y positiva secuencia del arranque liguero del Alavés. Salvo sorpresa, también el fiel anuncio de otra temporada en el límite. Todo ello tras un intenso mercado veraniego con salidas importantes y fichajes múltiples que generan el cosquilleo habitual. Es decir, esa incertidumbre semanal de si, por rendimiento sobre el césped en su etapa albiazul, se tratará de 'Conechnys' o 'Carlos Vicentes'. Y es que se ha demostrado que en un elevado tanto por ciento las campañas dependen del acierto en las contrataciones. También, por supuesto, de esa fortaleza interna del vestuario que hace apenas unos meses ayudó a salvar una situación crítica.
Decepcionante para el aficionado de a pie, eso sí, resultó la última jornada del mercado. Sobre todo después de que Coudet desvelara que el club buscaba un extremo izquierdo «natural» para redondear la plantilla. Sin esa pieza que se antojaba necesaria se ha quedado el técnico argentino y todos los aficionados albiazules. En un Alavés que durante el pasado ejercicio pagó durante varios meses la descompensación entre bandas. Casi toda la producción ofensiva se canalizaba por el carril derecho (Tenaglia y Carlos Vicente) y ahora habrá que ver si Parada, Otto, Yusi, Abde, Aleñá o Denis Suárez son capaces de poner picante en el ala izquierda del ataque. En definitiva, de diversificar las amenazas y ganar en pegada.
Aunque el Alavés, ya se sabe, es algo así como la Sagrada Familia del fútbol. Siempre en construcción. Un cartel de 'Abierto por obras' podría perfectamente presidir la entrada de Mendizorroza cada inicio de temporada. Esa mezcla de obligación y vocación del club para reinventarse cada verano se resume en un dato. En seis de las ocho últimas temporadas en la máxima categoría el equipo albiazul no ha pasado de los 20 puntos en la primera vuelta. La media mínima que suele llevar a la permanencia. Es decir, el cuadro vitoriano suele garantizar emociones fuertes, al menos durante su proceso de maduración. A veces, como el pasado ejercicio, el equipo amenaza con pudrirse y la tranquilidad solo llega a una semana del cierre del campeonato.
Todo se mueve, pero casi nada cambia en realidad en el Alavés, que, en buena parte por necesidad, repite perfiles en sus contrataciones
Desde entonces, desde aquel triunfo agónico en Valladolid para sellar la temporada número veinte en Primera, han salido del equipo Kike García y Mouriño. Posiblemente dos de los cuatro o cinco mejores jugadores de la campaña anterior. Además, se produjo la venta del prometedor Panichelli. Todo se mueve, pero casi nada cambia en realidad en el Alavés, que, en buena parte por necesidad, repite perfiles en sus contrataciones. Al 'centro de rehabilitación' albiazul se han incorporado Mariano y Denis Suárez, que tras años oscuros aspiran a recuperar su salud futbolística.
Llegan también otros jugadores con experiencia en la categoría (Pablo Ibáñez, Pacheco, Jonny Otto y Boyé), el joven con proyección (Yusi), la cesión exótica (Calebe) y el veterano para la portería (Raúl Fernández). De que este variado cóctel alcance la graduación adecuada dependerá buena parte de la suerte albiazul. También, cómo no, de puntales como Sivera, Tenaglia, Blanco o Carlos Vicente, retenidos estos últimos pese a las ofertas llegadas al paseo de Cervantes.
Resulta evidente que la permanencia es de inicio el único objetivo del Alavés, pero también que conviene evitar la reincidencia en situaciones límite. Y es que cuatro de las últimas cinco campañas en Primera (una con descenso), el precipicio ha sido casi la única visión nítida en el horizonte albiazul. Parece por el aceptable comienzo liguero que el esfuerzo y el orden aseguran una escuadra albiazul compacta y solidaria: la base para alcanzar cualquier objetivo. A partir de ahí, la capacidad ofensiva, hasta ahora limitada pero apuntalada con los fichajes de Denis Súarez y Boyé, marcará el rumbo del equipo.
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